José Antonio Rojas Nieto
Publicado hoy en La Jornada
El desarrollo de México sigue necesitando que la nación tenga la propiedad originaria y el dominio directo de los recursos naturales. Que lleve a cabo la explotación de los hidrocarburos y el servicio público de electricidad. Que el Estado cuente con empresas y organismos para el control estratégico de petróleo, gas natural y electricidad. Y que ejerza esta propiedad y este control estratégico en beneficio de todos los mexicanos.
Se trata de elementos clave de la autonomía de la sociedad. Frente al poder económico y -paradójicamente- el poder político. Son elementos esenciales para un desarrollo nacional integral y sustentable. Y para luchar contra rentistas y especuladores. No invento nada. Transcribo el mandato constitucional plasmado en los artículos 25, 27 y 28. Solamente. El que da a la nación el poder que otorgan la propiedad y el control de los energéticos. Y al Estado y sus organismos y empresas, la capacidad de moldear el desarrollo nacional. Siempre en el sentido más provechoso -óptimo nacional- para los mexicanos.
Este mandato trasciende la sola capacidad de regulación y fomento a que lo obliga la misma Constitución. Le otorga un poder aún más efectivo para cumplir su función determinante en el desarrollo nacional. Respeto la opinión de quienes, honestamente, consideren la necesidad de cambiar la Constitución. No la comparto. Y con compañeros de altísima solvencia técnica y muchos mexicanos de incuestionable honorabilidad he luchado y lucharé porque se conserve y respete este mandato constitucional. Porque se trasciendan las prácticas que lo ignoran. Y -desde luego- en contra de quienes desde el gobierno y las empresas públicas usan el mandato para favorecer beneficios individuales, corporativos, clientelares. Y no aspiren ni buscan ni luchan por ese óptimo nacional que la Constitución ordena.
Sin embargo, hay que cuidarse de ignorar -por descuido o mala fe- que en muchas ocasiones se registra un manejo dispendioso de este poder. Y que en el sector energético ha servido de base para un corporativismo estatal aprovechado por el partido de Estado -tradicionalmente el PRI, hoy el PAN y mañana podría ser el PRD. Menos aún que en muchas ocasiones, el presidencialismo ha tenido como base material el control de las rentas petrolera y eléctrica, derivadas de la propiedad y el control nacional de los hidrocarburos, de las aguas, los recursos geotérmicos y los vientos nacionales.
Terribles lastres que desvirtúan el mandato constitucional. Y, sin embargo, para muchos el principio sigue vigente. Me cuento entre ellos. Precisamente por eso, no se pueden suscribir las razones planteadas por el PRI de Salinas, de Zedillo, de Madrazo, para la reforma energética. Menos aún el marco -similarmente nocivo, regresivo y por demás demagógico- formulado por Fox y también -qué duda cabe- por Calderón. ¿Cuál? Modificar este mandato -le llaman reforma energética- para compartir la rentas petrolera y eléctrica con los privados. Ya lo hacen. Quieren legitimar su tropelía. Con prácticas que se han ido imponiendo subrepticiamente y con modificaciones legales de dudosa constitucionalidad -Suprema Corte dixit- han logrado que en el sexenio se acumulen 80 mil millones de dólares privados en sectores estratégicos, exclusivo para la nación: 60 mil en producción de petróleo -la de la renta petrolera- y 20 mil en electricidad.
Grave distorsión cuando en el sexenio se recibirán 80 mil millones de dólares de renta petrolera, más de lo estimado al inicio. Además, con "falsas" sociedades de autoabastecimiento, han alentado un "pequeño mercado" de electricidad. Son los más altos funcionarios los que violentan el mandato constitucional. No, no hay que olvidar que Salinas y Zedillo hicieron esto. Que Madrazo los apoyó y nunca se deslindó. Tampoco olvidar que el presidente Fox ha seguido en esa línea. Y que Calderón, tanto en su mandato en la Secretaría de Energía (sic, así lo dijo en el debate), como en su campaña alienta esta tergiversación constitucional. Menos aún que hace seis años, un corrupto equipo de mexicanos y extranjeros al servicio de los intereses de Enron, preparó la propuesta de reforma energética de Fox (Calderón al lado). Y que hoy -al amparo de nuevas siglas- siguen al acecho del mandato constitucional. ¡Qué vergüenza! ¡Qué desfachatez!
Tengo diferencias con el bloque de la Alianza por el Bien de Todos. Me preocupa la superficialidad con la que se han formulado algunos de los compromisos de campaña. Pero, en este momento, considero estas diferencias de carácter secundario en relación con lo que me parece fundamental: la ratificación del mandato constitucional -artículos 25, 27 y 28- en materia de propiedad nacional de los recursos naturales y de control estratégico de petróleo, gas natural y electricidad. Esto lo apoyaré con mi voto el próximo domingo. Combatiendo, simultáneamente, algunas práctica clientelares que también se han registrado en esta Alianza.
Sin duda, lo otro, la discusión sobre las diferencias, la enfrentaré enseguida. Inmediatamente después del triunfo. De frente a la sociedad. Por lo pronto, que no nos pase lo que dice Pessoa: "Hice de mí lo que no supe. Y lo que pude hacer de mí no lo hice. Vestí un disfraz equivocado. Me tomaron enseguida por quien no era, y no lo desmentí, y me perdí." ¡Que no nos pase!
domingo, junio 25, 2006
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10 comentarios:
El saqueo de Pemex se enmascara de muchas formas que van desde la burda corrupcion hasta la "legalización" de algún tipo de contratos de comercialización e investigación. Nuna de ha dado el valor real de Pemex, ha amantenido a éste país a pesar del pri, del pan y quiza del prd.
Me late la forma de abordar la problematica del sector.
Saludos
acabo de ver el documental ese de QUIEN ES EL SEÑOR LOPEZ? y pues si me gusto ud ya lo vio?
sALUDOS
Saludos erat hora.
le felicito por su trabajo en torno a estos difíciles temas de la política mexicana y por su paciencia para discutir con cavallazzi en su blogg. Yo agregé algo al final del port sobre campañas publicitarias pero lo hice algo tarde. En fin, posturas concordantes con la suya (y me refiero únicamente a la reflexión y crítica con base en argumetnos sólidos)nos encontramos en www.somoslosborbotones.blogspot.com
igual y le interesa checarlo y ayudarnos a difundirlo.
vale
Esa cita de Pessoa es a lo que más temo en la vida.
Como siempre excelente. Muy buena manera de mantenernos al tanto.
Saludos!
Pues sí, importante votar en conciencia y no sólo por el miedo, la revancha o por ideología.
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Oye, dejaste un comment en el blog de Miguel Tormentas donde admirabas la fe del pueblo judío.
Desafortunadamente ellos también viven una crisis de identidad. En realidad, hay quien en la academia se a cuestionado si todavía se puede hablar "de los judíos". Yo creo que sí.
Por cierto, tengo por ahí un texto de un filósofo italiano, Massimo Borghesi titulado "Lutero, Agustín y los judíos", donde traza, desde coordenadas históricas y filosófico-teológicas, el destino de los judíos en occidente.
Me dices y te lo envío. Es un artículo corto.
Saludos!!
Defendamos nuestra tierra, defendamos nuestra tierra y todo lo que en ella es valioso!
Ha habido dias dificiles, dias en que las fuerzas oscuras de la mediocridad han triunfado, dias en los hermanos nos hemos enfrentado tristemente.
Pero hoy es un dia diferente, se hacercan dias de honor y gloria, dias de mirar fijamente al mal y derrotarlo con la fuerza de nuestra voluntad, seran dias de hermandad en nuestro pais renaciente.
Por el bien de todos, primero los pobres.
Saludos cordiales.
Me entusiasma de una manera muy intensa leer sus comentarios tan agudos. Sobre todo, me gusta descubrir tal diversidad de intereses intelectuales en ustedes. Gracias por compartirlos conmigo y con los lectores de este blog.
Erathora
Hablando de responsabilidad panista, ayer Calderón, sin el menor pudor y con gran cinismo, echó la culpa de todas las desgracias nacionales habidas y por haber -incluida la siembra de odio- a Andrés Manuel. Por si no la has visto, comparto contigo y con tus lectores, esta reseña del acto de cierre de campaña de Calderón en el estadio azteca.
Saludos Marichuy
En el Azteca, a la llegada de Calderón se acabó la fiesta
ROSA ELVIRA VARGAS
Salvo Felipe Calderón Hinojosa, ayer en el PAN todo mundo cumplió. El acarreo de miles que llenaron el estadio Azteca, las banderas blanquiazules, la lluvia de confeti, la pegajosa música, la apabullante propaganda. Todo estuvo a punto, preciso. Menos su abanderado presidencial.
Para ser un candidato que asegura ganará con una diferencia de un millón y medio de votos, Felipe llegó a su cierre de campaña sin el ánimo ni la actitud de un triunfador. Se le vio cansado.
Sus más alabadas prendas, la oratoria y su talante bravucón e irónico, se esfumaron este domingo para mostrar a un aspirante que repitió su discurso de estos meses auxiliado por un apuntador auditivo; un político perdido, empequeñecido en un inmenso templete y que al hablar mostró muy poca convicción.
Se diría que al llegar Calderón se acabó la fiesta. La algarabía se volvió aplausos fugaces, las porras cumplieron el ritual de la bienvenida y callaron, el Himno Nacional se interpretó grabado, sin emoción. Por allá alguien alcanzó apenas a oír a un mariachi entonar El hijo desobediente, mientras el candidato y su familia saludaban al graderío. Y de ahí al discurso. No más.
Vino entonces la estampida por algo de beber. Ya era larga la espera y aún faltaban 30 minutos del mensaje central. En todo caso, algunos se limitaron a ver al candidato en las dos pantallas gigantes del graderío.
Desde el ''Gracias, muchas gracias amigas y amigos'', que salió de su voz apagada y sin enjundia, aquello se volvió anticlimático. Felipe Calderón no logró superar ese rostro seco que ha mostrado en días recientes. Y su expresión y palabras no lograron conectar con, aquella sí, la gente que votará por él.
Felipe se agotó. Enfundado en un saco azul marino, bajo un sol quemante, sólo a ratos salía de su aislamiento cuando su hija María atendía presurosa y divertida su petición de agua y más agua. Y así hasta que terminó. Entonces se cumplió nuevamente el rito, sólo que ahora para la despedida. Y vámonos. Hasta el final, y en el acto que tendría que haber sido el de la certificación de victoria, Calderón Hinojosa no pudo con el peso de su mayor contrincante, Andrés Manuel López Obrador.
De hecho, usó menos espacio para asegurar que tiene ya el triunfo en el bolsillo, que el destinado a increpar, criticar, comparar, remitir al pasado, señalar y machacar al candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos. En 15 párrafos de las ocho cuartillas leídas, el candidato que busca confirmar la presencia de su partido en la Presidencia de la República se dedicó sólo a su adversario perredista.
Parecía más un mitin de inicio de campaña que de cierre. Pesaba en su texto la necesidad de convencer a los mexicanos de la amenaza que se cierne sobre ellos si ganara ''otro López'' (en referencia a López Portillo), que de compartirles certeza de triunfo. Porque persuadido no se le vio: ''... Estoy dispuesto, si es necesario, a integrar un gobierno de coalición que sume a mexicanas y mexicanos honestos y capaces que quieren el mismo México distinto y mejor que proponemos'', planteó como una de sus más audaces iniciativas.
De ahí en fuera, Felipe era ayer un candidato conceptualmente errático que propuso iniciar ''una historia de respeto al medio ambiente y a los demás''. Que se acordó de mencionar hasta las botellas de plástico que contaminan los ríos, pero nunca del presidente Vicente Fox. Que dijo tener un proyecto construido ''con el alma de miles y miles de mexicanos'', y se le mezclaba el plural con el singular, y que de nuevo hacía suyas las promesas ajenas, pero sin el menor asomo de buscar los motivos detrás de su ''sueño'' por un México que apoye ''a quienes tienen más adversidad''.
Y ya no se diga siquiera la menor improvisación discursiva para acordarse de aquellos muchachos, los de la selección mexicana de futbol, de los que tanto se agarró en sus mítines y en sus promocionales -¿quién es el Kikín?-, cuando aún millones de aficionados tenían esperanzas en su desempeño mundialista. Porque después de todo ahí quedó, mucho antes del arribo de Felipe, la frase desde el micrófono de Blue Demon Jr.: ''¡Ya que perdieron los de la verde, hay que ponernos la azul''!
Sin embargo, nadie que desde la farándula haya sido convocado para este día logró superar al líder nacional del PAN, Manuel Espino, quien también prometió el triunfo y, por si alguien estuviera a la espera de su ingenio, pidió que el próximo domingo ''¡nadie se apejendeje!''
Ah, porque cómo le tienen tirria los panistas a López Obrador. Tanto, que desarrollaron una industria paralela de marketing, y junto con las máscaras de látex de Felipe, a cien pesos; las corbatas ''oficiales'' de la campaña y las mascadas de a 250, estaban las calcomanías ''de a peso'' con la leyenda: ''No te enojes, vas a perder'', y una caricatura de AMLO con la nariz como Pinocho. Todo esto, creación del Grupo Chilango Secuestrado.
El estadio Azteca era, como en todos los mítines de esta campaña, una reproducción fiel de la república panista. En el graderío, el pueblo, los que apenas alcanzaron una delgada playera felipista, cortesía de algún candidato a diputado, senador o asambleísta, así como las banderas de Acción Nacional que ondearon por miles. Aquellos que fueron traídos del estado de México, principalmente, por las artes movilizadoras de Ulises Ramírez, el ex alcalde de Tlanepantla que ahora busca un lugar en el Senado.
Y abajo, como invitados especiales, aquellos del grupo selecto de panistas que ''ya la hicieron'', que lucen fashion Felipe en una gama interminable de camisas, gorras, pañuelos, bolsas, pulseras. Los de la eterna zona VIP, bien provistos de bloqueador solar y gafas oscuras, y que miran con ternura hacia el área -ahí a ras de cancha- donde el folclor y la filantropía albiazul ubica a pequeños grupos indígenas de Alamo, Veracruz, a los mazahuas y a la gente de San José del Rincón.
También hubo otros militantes y funcionarios que desafiaron lo políticamente correcto y usaron su ''día libre'' para acudir a respaldar a Felipe Calderón, como el canciller Luis Ernesto Derbez Bautista; el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo Torres, y el secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar Sáenz, así como la directora de Inmujeres, Patricia Espinoza.
Cuando aún faltaban algunos minutos para el arribo del candidato del PAN al mitin, se encontraron y fundieron en un largo abrazo Santiago Creel Miranda y Salazar Sáenz. De pronto, una voz se oyó detrás de ellos, teniendo como destinatario principal al titular del Trabajo: ''¡Ahí viene Napoleón, corre!'', decía muerto de risa Humberto Aguilar Coronado, ex subsecretario de Gobernación y hoy candidato a diputado. Para ese momento la fiesta panista estaba en su apogeo. Josefina Vázquez Mota recibía besos y abrazos; Ricardo García Cervantes, José González Morfín, José Espina, César Nava, diputados y senadores, aspirantes a gobernadores, en fin, todos, conversaban alegres, compartían noticias, se daban y recibían instrucciones para los días por venir.
Mientras tanto, en el escenario de pasto, estrellas juveniles animaban a la gente: los Primos de Durango y la Original Banda Limón ponían a muchos a bailar y aquello hacía buen ambiente, tanto, que muchos ni se enteraron cuando habló Demetrio Sodi y mucho menos que él mismo tenía, en ese acto, su cierre de campaña para la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Frente a todo ello y una vez pasada la alharaca, Calderón Hinojosa quedó pequeño, pequeño
Gracias por compartir con nosotros tu texto, Marichuy.
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