viernes, junio 23, 2006

Por un gobierno eficiente y eficaz

Encontré el siguiente texto en esta dirección de Sendero del Peje. Contiene un buen resumen de algunos de los planteamientos más importantes del proyecto económico de López Obrador.

Los panistas se alarman porque, dicen, de incrementarse los ingresos de las familias podría crecer la inflación. Para empezar, esto no es una regla irrompible. Para que el aumento en ingresos se traduzca en automático en inflación se requiere que se incremente el consumo en sectores de la economía en los que se pueda producir suboferta de bienes y servicios, de tal manera que se incrementen los precios, y que estos incrementos alteren significativamente los precios de la cadena productiva. ¿Pero cómo podrían estas presuntas alzas en precios convertirse en una cadena inflacionaria si, precisamente, el proyecto económico de Andrés Manuel López Obrador propone de entrada bajar los precios de la gasolina, el gas y la electricidad, áreas que definitivamente SÍ AFECTAN los precios de la cadena productiva? En otras palabras, el alza en precios que presumen los panistas es hipotética; la baja en precios que propone la Coalición por el Bien de Todos es real. Los panistas parecen olvidar que en diversas ocasiones durante este sexenio han sido precisamente las alzas en transporte y electricidad las que han impulsado al Índice de Precios al Consumidor.
Los panistas no pueden aceptar que el gobierno de Vicente Fox ha, sencillamente, despilfarrado la bonanza petrolera. En junio del año 2003, el propio Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México (hoy indirectamente sumado a la campaña de Calderón), cuestionaba cómo era posible que ante los ingresos extra por los altos precios del petróleo no hubiera nueva infraestructura, más obra pública. Rogelio Ramírez de la O ha denunciado lo que ha sido una innecesaria explosión del gasto corriente de parte de un gobierno del que se esperaba sobre todo eficiencia. Pero todos los que hemos estado cerca de la Administración Pública Federal sabemos de los innumerables despilfarros, y no exclusivamente hablando de trabajadores sindicalizados. Hemos visto la creación de nuevas plazas de funcionarios que no tienen nada productivo que hacer pero que ganan sueldos por encima de los 100,000 pesos mensuales (más prestaciones), duplicidad de funciones, autos, celulares, pagos excesivos en todo tipo de contratos con externos... Para muestra un botón: el diseño del "águila mocha" costó 287,000, cuando se pudo haber comprado con menos de 50,000. Rediseñar el escudo nacional no era necesario. Tampoco lo han sido las cabañas de Los Pinos con sus toallas de 4,000 pesos, el excesivo gasto en publicidad y comunicación social especialmente en la promoción política de Vicente Fox, los recursos entregados a Provida, el elefante blanco de la "megabiblioteca", y un largo etcétera.
Si a todo esto agregamos que no se cobran impuestos cuando deberían cobrarse (venta de Banamex a Citigroup, los impuestos que se regresaron a Jugos del Valle, etc.), que se pierden juicios como el que ganó Diego Fernández y por el que se obligó a la Secretaría de la Reforma Agraria a pagar una indemnización millonaria, se entiende por qué el cálculo de 100,000 millones de pesos es incluso conservador. Los que hemos dado seguimiento al Presupuesto de Egresos desde tiempos de Ernesto Zedillo estamos convencidos de que se puede ahorrar, y mucho. Andrés Manuel López Obrador no está descubriendo el hilo negro: está proponiendo algo lógico; pero la alta burocracia y los privilegiados, cuando se ven amenazados, parecen salir hasta debajo de las piedras.
A diferencia de los proyectos de Roberto Madrazo y Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador puede sacar adelante este programa sin necesidad de pasar reformas estructurales en un Congreso opositor. La propuesta es de un gobierno eficiente (administración de recursos) y eficaz (logro de objetivos), con servidores públicos con vocación, que no vayan al sector público a enriquecerse, sino a servir.

5 comentarios:

Tormentas dijo...

pues no dice quién es el autor, pero ante ustedes comento, por principio las prestaciones de un funcionario público no deben incluir ridiculeces como toallas de 4,000 pesos y viajes innecesarios en helicóptero

el ahorro en el gasto común siempre es deseable, sin embargo es absurdo hacer esto el centro de una política económica, según entiendo (y digo sin ironía, si alguien por ahí sabe corríjame por favor) reducirle costos a las empresas en la gasolina y la electricidad no provocará un "efecto cascada", sino que los bienes se seguirán vendiendo a precios de mercado, resultando esto en un enriquecimiento de las empresas, no de los individuos

en segundo lugar, comparto la denuncia ante las prestaciones excesivas (en comparación con otros países), sin embargo el sueldo de el presidente y sus secretarios deben ser similares a los sueldos de nivel directivo de la IP, no debemos buscar que nuestros funcionarios públicos sean mártires dispuestos a servir a la Patria, sino profesionistas honestos y capacitados atraídos por un buen sueldo

si AMLO llega a la presidencia no debe bajarse el sueldo a la mitad, si lo propone el congreso (¿?) no debe apoyarlo en esta medida, y si decide donar la mitad de su sueldo a buenas causas esto le repercutirá positivamente en su karma

pero bueno, ¿por qué nadie opinó?

Tormentas dijo...

la megabiblioteca es una mega-burrada

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Miguel, te agradezco que seas tú quien comente este post. La raza le zacatea a los temas económicos, obviamente porque son temas complicados, aunque este texto es bastante sencillo. Tu servidor nunca podrá ser un John Kenneth Galbraith, pero intento aprender un poco más cada día.
A propósito, en el lugar de aparición original de este texto no se menciona el nombre del autor. Por eso no lo puse. Mucha gente de la que escribe a Sendero del Peje (de donde obtuve este post) no quiere que su nombre aparezca, para evitar algún problema por su preferencia política.

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Coincido plenamente con todos tus comentarios. La megabiblioteca (sobre todo el proceso de selección de proyecto que desembocó en ella) fue criticada hasta por medios de comunicación normalmente favorables a Fox. Las prestaciones y gastos excesivos deben reducirse lo más posible y demostrarse su forzosa necesidad. La sociedad clama desde hace tiempo por eliminar los gastos burocráticos superfluos y adjudicar a los altos funcionarios sueldos más conformes con los estándares de países cuyo nivel de vida sea similar al nuestro.
Sobre el efecto cascada, salvo alguna mejor respuesta de nuestros lectores, creo que lo que Ramírez de la O pretende es aprovechar que se trata de empresas estatales. Si se tratara de empresas particulares, no habría necesariamente una reducción de precios, como tú dices acertadamente, pero, como Pemex y CFE son empresas estatales, van a ofrecer -supongo- a los hogares tarifas que reflejen el ahorro que ellas mismas, Pemex y CFE, hayan obtenido dentro de la cadena de producción, por lo que alguna vez platicamos tú y yo sobre el precio del gas natural: el ahorro en los insumos se reflejaría en la producción y beneficiaría al consumidor.
Ahora que si te refieres a que una empresa privada (Bimbo, Lala) va a gastar menos en energía pero eso no modificará los precios de los productos que ofrece, ahí sí estaría de acuerdo contigo.
A ver si alguien más gusta animar la discusión.
Saludos, Miguel, y gracias por tus comentarios, que serán bienvenidos siempre.

Anónimo dijo...

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