Epístola de Krauze a los Mexicanienses

Hagan click aquí para leer una crítica (burlona, estridente y mal sustentada) más de Krauze en Letras Libres, lo que ya me parece un exceso y, en el menor de los casos, una peligrosa obsesión. Que quede claro que por obsesivo que me parezca, creo fervientemente en el derecho que Krauze tiene de dilapidar su propio prestigio de la manera en la que mejor le convenga.

A manera de respuesta, escribí (o traté de escribir) en el foro de Letras Libres correspondiente la siguiente carta. En fin, he publicado ya con respecto a las obsesivas fábulas que hace Krauze con AMLO como protagonista en El Cartógrafo del Mesías, La Reconvención a los Panáticos y, después, en Los Jarrones de Mi Abuela. Sirva este de secuela aunque es fecha que no me la publican en el foro de Letras Libres, vayan ustedes a saber porqué. Supongo que ya la publicarán porque siempre lo han hecho:

Pasa usted de cartógrafo, a tribunal electoral, a psicólogo, amigo Krauze. Cuidado Giuseppe Amara, Don Enrique viene por tu chamba!

No cesa usted, querido Enrique, de sorprenderme con su maravillosa capacidad para repetir en tantos números de la revista exactamente la misma idea, firmada por varias plumas, dicha de tantas formas, hablada desde tantos ángulos y, en general, labrada por su firme mano y entregada por interpósita persona de letras a sus lectores, no sin una buena dosis de rabia.

Una que tiene blog puede darse esos lujos (para mi hígado es perfecto), pero alguien tan respetable y de semejante reputación debería ser mucho más cuidadoso con lo que firma y afirma (o a lo mejor necesita usted de un blog). Lleva usted ya mucho tiempo haciendo la penosa tarea de sacrificar su propia legitimidad como hombre de letras, en favor de otro hombre, que no supo ganar en las urnas lo que usted tan categóricamente afirma que tiene sin lugar a dudas: legitimidad democrática absoluta.

Reflexione conmigo el hecho innegable (y aquí haré la concesión máxima: supongamos que no hubo fraude), de que Felipe Calderón es presidente electo gracias a un mínimo de votos. Verdaderamente un pequeño número de votos (que, aunque calificados válidos por el Tribunal, sabemos usted y yo que pueden, en realidad, fluctuar en su número REAL aunque esto no modifique el resultado final. Es decir, suponemos que felipe ganó, aunque no necesariamente con esa cantidad exacta de votos.). Recuerde este hecho como una viñeta mientras escribo del texto que nos atañe, el más recientemente publicado en su revista.

En la última Epístola de Krauze a los Mexicanienses (llamémosle así a sus simpáticos artículos de opinión) el cartógrafo absoluto de la realidad interna del falso mesías, encuentra que AMLO no cree en la biografía sino en la demonología a la hora de examinar la historia de sus (krauzedeclarados) héroes personales. El panteón de AMLO según Krauze es Marxista-Fascista.
En dos párrafos AMLO es Marxista, fascista y satánico! Válgame Dios, que me caiga un rayo si lo que veo al lado de su boca no es espuma, querido cartógrafo.

Ah, Enrique, qué falta de humildad la suya. Es simplemente provocador, en el mal sentido de la palabra, el que se abrogue la posibilidad de enmarcar a AMLO, desde hace meses, como un loco.

Por ejemplo, afirma usted categórico que:

"Sus héroes no son hombres de carne y hueso, sino estatuas de bronce y algo peor: prefiguraciones muy esquemáticas de la imagen idealizada, amarga, soberbia, insoportable, vana, perseguida (y sí, mesiánica) que AMLO tiene de sí mismo:"

Y aporta el siguiente texto, cintando a AMLO, para respaldar tal afirmación:
"Se van a reír, pero debemos de tener presente la historia. ¿Qué no los poderosos decían que Hidalgo y Morelos eran herejes y los excomulgaron; qué no insultaban a Juárez y le decían indio mugroso; qué a Madero no lo acusaron de ser un iluminado, un espiritista; qué a Villa y a Zapata no los trataron de bandoleros y delincuentes; y qué no ahora esos son nuestros héroes nacionales?"

Y qué, Sr. Enrique? Acaso no es cierto todo eso? Es verdad, que no? Claro, dirá, es una sobresimplificación manipuladora de la historia. A lo que replicaré: Por supuesto que lo es, pero es un texto tomado de una arenga pública, pronunciada por un hombre que está invitando a la resistencia civil a los que le apoyan, que le acompañan en la plaza y están ahí reunidos en virtud de que creen que las instituciones debieron, en aras de un mejor entendimiento democrático, dar certeza a la elección en un recuento de votos. Me pregunto si es más manipulador el dicho de AMLO o el hecho de que un historiador cite semejante discurso sin contextualizarlo.
Hombre Don Enrique, yo soy una persona razonable y puedo aceptar muchas cosas. Puedo aceptar, por ejemplo, que AMLO es un político y que abreva de las fuentes que usted citas para hacer sus discursos y transmitir a sus seguidores lo que necesita para obtener una reacción de ellos en uno u otro sentido. Pero caray! Que no es eso lo que hacen los políticos? Lo que subyace en sus escritos contra AMLO es la idea, muy rebuscada y derrotada de orígen, de declarar al objeto de su estudio mentalmente inestable, pruébese o no, poniendo como única moneda su (su de usted, querido Dr. Krauze) reconocimiento y prestigio como científico y hombre letrado. Y mucho me temo, querido Dr. Krauze, que para que yo le crea a un científico éste tiene primero que ceñirse al método que le define como tal.

Valía la pena volver a contar. Usted y sus peón-escritores apoyaron la negativa tajante y el rechazo a la idea por parte del presidente "electo" y su partido, a un simple ejercicio de confirmación democrática. Pues bien, aquí estamos y ustedes siguen apostando al desgaste (y escribiéndo comiquísimas historias sobre la sexualidad intelectual de México, haciendo kinderezcas reconvenciones a los intelectuales olvidadizos, que cual ovejas descarriadas se van, siguiendo el ladrido del perro-pastor-tropical) y haciendo el juego que les corresponde como los intelectuales de la derecha. Por mi perfecto; valga como piropo que me parece más moderno usted, Don Krauze, que Carlos Castillo Peraza y hasta le vería como un avance dentro del PAN. En todo caso, aquí nosotros, ahí ustedes y a ver quien se cansa primero.

Ahora bien, concedo que éste último escrito suyo, dada su reducida longitud, es mucho menos aburrido que los anteriores. Me alegro. Su tono de profesor académico también me gusta y, me temo, tendré que plagiarlo:

"Don Enrique, cuide usted ese ego que, como en todos los ganadores (aunque sean sólo de facto), es difícil de controlar. Un buen caballero (en especial uno con tendencias tan pronunciadas hacia la diestra del espectro político) siempre debe cuidar las formas".