Alfredo Jalife-Rahme
Columna Lupa política
Voces del Periodista
16 de mayo de 2007
Desde hace mucho que Gómez Morín, el fundador del PAN, debe estar revolcándose en su tumba con la degradación de sus ideales por quienes se ostentan como sus seguidores nominales.
Antes, el PAN era un genuino partido "nacional" de derecha conservadora, gestado como consecuencia de la influencia eclesiástica en los partidos nacional-sociales europeos y sus filiales en Latinoamérica, así como para contrarrestar en gran medida al cardenismo primigenio y su nacionalización del petróleo y su reforma agraria contra los terratenientes feudales.
Hoy, aquel PAN de ideales conservadores muy respetables no tiene nada que ver con su segunda generación totalmente degradada que degeneró en un vulgar instrumento de las trasnacionales bancarias israelíes-anglosajonas que operan el modelo unilateral pernicioso de la globalización, la cual, en forma paradójica, han fustigado dos papas en forma consecutiva, y que el PAN simula ignorar: Juan Pablo II y Benedicto XVI.
El PAN de ayer se ha convertido hoy en el PAT (Partido de Acción Trasnacional) y sus enemigos de ayer son sus aliados "pragmáticos" de hoy: la segunda y tercera generación cardenista, además de los neoconservadores straussianos del Partido Republicano (quienes idearon la guerra de Irak, encabezados por el corruptísimo israelí-estadounidense Paul Dundes Wolfowitz) y la mezcla teratológica de los "cristianos sionistas" en el sur de EU conformados por televangelistas protestantes adictos al escatológico Armagedón (el fin del mundo), y el ala radical racista de los seguidores del partido Likud en EU e Israel: ¡de tal dimensión es el irreconocible revoltijo ideológico del PAN de hoy!
En realidad es mucho más simple: el PAT, es decir el PAN degenerado, se convirtió en un vulgar instrumento -ya ni siquiera del Partido Republicano de EU (con el que siempre ha estado aliado y que financió la candidatura de Felipe El Breve-, sino que sucumbió directamente con Baby Bush: el hombre más odiado del mundo, quien se cotiza en reputación, aún en su país, a los niveles más bajos de la postguerra.
Alguien nos pudiera replicar con algo de razón que también el PAT se encuentra íntimamente vinculado con el proto-fascista Partido Popular de Aznar (con letra Z, pero también lo pueden escribir con S, sería correcto). Hasta cierto punto, porque ese "alguien" desconocería el sometimiento total de Aznar a Baby Bush, lo cual brilló con la absurda participación española en la aventura iraquí, en contra de su inteligente opinión pública que sacó a Aznar a patadas por vulgar mentiroso.
Peor que Bush: Asnar, perdón Aznar, festejó la guerra de Israel contra la población civil del Líbano, lo cual, obviamente, le vale un pepino al PAT local.
Cabe recordar que Bibi Netanyahu, el actual líder del Likud y anterior primer ministro, expectoró en una importante reunión de las comunidades judías en Dallas (Texas) que los palestinos para los israelíes eran el equivalente de los mexicanos para los estadounidenses. De allí la erección ignominiosa de las dos murallas: una en el río Jordán y otra en el río Bravo, donde participan los mismos aliados y las mismas empresas constructoras.
No es gratuito que, antes de ser ungido como candidato del PAN/PAT, Felipe El Breve haya lanzado la candidatura de Krauze Kleinbort (KK) a la presidencia de México (no de Israel). Así que no hay que asustarse tanto con la aparente desviación ideológica del PAN/PAT a su nueva teología que sucumbió al mercantilismo a ultranza, venerador del becerro de oro, en la fase desquiciante de la globalización y de la que todavía no se enteran que se encuentra en su fase terminal, lo que hemos vertido en nuestros dos más recientes libros que saldrán la tercera semana de mayo:1) Hacia la Desglobalización (Editorial JORALE), y 2) El Fin de Una Era (éste último editado en Argentina por Editorial del Zorzal.)
Está bien que el yucateco Carlos Castillo Peraza, el gran pensador de corte ultra-conservador, haya sido seminarista en Friburgo, Alemania, pero hay que reconocer que nunca llevó al PAN a los niveles teocráticos actuales del PAT.
El mismo Felipe El Breve tuvo una coexistencia en el tórrido Campeche durante ocho años con Carlos Castillo Peraza, quien nunca ocultó su legendaria misoginia, como la gran mayoría de los panistas moldeados en la mentalidad medieval (remember Fernández de Cevallos y el "viejerío".)
Más allá de la "descarga" todavía "sin resolver" de mas de cinco toneladas de cocaína en Ciudad del Carmen, presuntamente bajo el encargo del panismo guanajuatense de CONAGUA y la custodia de El Chapo sin chapas carcelarias, ¿qué tiene Campeche de hechizo que tanto les gusta a Felipe El Breve y a su íntimo asesor Juan Camilo Mouriño Terrazo (nota: no es albur), el gallego naturalizado campechano? Bueno, hasta intentaron resucitar el Plan Puebla Panamá con tal de ir una vez mas a bañarse en las tórridas aguas de la sonda de Campeche que poseía el segundo yacimiento más importante del mundo hasta que la destrozaron el piromaniaco Fox y el inepto Felipe El Breve.
No es ningún secreto aseverar que el culto Carlos Castillo Peraza, haya renunciado al PAN cuando se enteró que Zedillo deseaba hacer presidente al rancherote ignaro de origen texano: Fox, un poseído por la globalización neoliberal.
A los amanuenses zedillistas les incomodó nuestro artículo en la Lupa Política de Voces del Periodista sobre las perturbaciones mentales fácilmente demostrables del piromaniaco consuetudinario Fox, lo cual era de esperarse porque es obscena la santa alianza entre ambos ex presidentes (Zedillo y Fox) que tienen totalmente maniatado al impotente Felipe El Breve, con el fin de profundizar las "reformas estructurales" del decálogo neoliberal del extinto "Consenso de Washington".
Después de haber degradado su ideología primigenia (la de Gómez Morín) y su pragmatismo salinista-cordobista con Castillo Peraza (el mentor e inventor de Felipe El Breve, para decir lo menos), a final de cuentas el PAT es un vulgar instrumento del bushismo unilateral que en su fase terminal, en lo concerniente a Latinoamérica, usa ahora los servicios teológicos de Fox y Espino, a la usanza del fundamentalismo bautista sureño texano y del fanatismo religioso paleo-bíblico del partido Likud israelí.
Antes de despedirse, Baby Bush intenta resucitar de los cementerios a los putrefactos Fox y Espino, dos "locos de Dios", con el fin de frenar el ascenso irresistible del presidente venezolano Hugo Chávez y su polémico "socialismo del Siglo 21", para aplicar la degenerada teocracia panista a toda Latinoamérica y, si se puede, a toda "América" (sic).
Si los bautistas sureños de Texas tienen a sus poderosos televangelistas (los supertóxicos Pat Robertson y John Hagee), quienes pululan en los multimedia de EU para amenazar con bombas nucleares por doquier y de paso propagar la fe unilateral bélica, en México, gracias a la teocracia panista, los locos de Dios, es decir, Fox y Espino, gozan de una apabullante cobertura en nuestros multimedia totalmente sovietizados para evangelizar mediante la ORGANIZACIÓN DEMÓCRATA CRISTIANA DE AMERICA (ODCA) que preside Manuel Espino Barrientos, el actual jefe del PAT.
Sin duda, el viejo PAN, hoy el putrefacto PAT irreconocible, se encuentra en su etapa mas aciaga y ciega. ¿Que dirán Gómez Morín y Castillo Peraza del "éxito" del teócrata Espino en sus dos funciones "presidenciales", del PAT y la ODCA?
No es momento de esculcar las entrañas de la ODCA para resaltar su característica de instrumento de Asnar, perdón Aznar, y Baby Bush (quien también pudiera apellidarse Asnar, aquí sín sin "Z"), pero el liderazgo de los locos de Dios, Fox y Espino, va a dañar seriamente lo poco serio que tenía el PAT y que seguramente va a lastimar a partidos más rigurosos y menos circenses de la Democracia Cristiana de Latinoamérica.
¿Lo de "América" de la ODCA, va con el deseo de controlar a los migrantes mexicanos en EU bajo la férula del televangelismo unilateral bushiano, quienes se salvaron de caer en las garras de Castañeda Gutman y su "enchilada completa" sin chile?
Sería demasiado perder el tiempo intentar aconsejar en términos geopolíticos a los locos de Dios, los teócratas Fox y Espino, de que el desprestigio de Baby Bush los va arrastrar también en su colapso. Porque cuando probablemente triunfe la nueva administración del Partido Demócrata en noviembre del año entrante -más cercana al PRD y a lo que queda del PRI nacionalista (tan desfigurado como el PAT)- las facturas por pagar de los locos de Dios serán tremendas y se convertirán en piltrafa para los abundantes lobos que les esperan en Latinoamérica y hasta en "América".
Tampoco es momento de explotar lo que ya se sabía en los círculos bien informados, de que Fox había abusado del execrable espionaje financiero y político (lo que delata su impotencia e impericia) para perseguir a sus enemigos de la clase política nacional, al estilo de los peores tiranos totalitarios del bloque soviético. Y eso que Espino cataloga en forma ridícula a Fox como el "primer demócrata mexicano y de América".
Justamente cuando decíamos que los multimedia estaban totalmente sovietizados, dábamos por implícitamente asentado que toda la teocracia panista durante el foxismo también se había degradado en el neototalitarismo y el vil espionaje.
Fox y el peón de Marthita, Espino, desfiguraron en forma teratológica al viejo PAN, al haber concentrado lo peor de las tres tiranías del siglo 20 y el comienzo del siglo 21 en términos políticos (la economía es más sencilla: son neoliberales por obligación imitativa): el neo-fascismo, el neo-sovietismo y la talibanización teocrática.
Pero de las tres degradaciones que sufrió el viejo PAN transmutado al PAT "postmoderno", la peor es sin duda su talibanización teocrática con los locos de Dios (los "Jenunalá" mexicanos): Fox y Espino, quienes resultaron ser también los locos de Bush y Aznar.