Jenaro Villamil
Proceso
28 de febrero de 2007
México, D.F., 27 de febrero (apro).- Si algo ejemplifica la necesidad de nuevas opciones de contenidos en la televisión mexicana es lo sucedido el domingo pasado en la guerra de los ratigns del duopolio: Televisa y TV Azteca.
La noticia espectacular son los 43 puntos de rating que alcanzó el final de la telenovela “La Fea más Bella”, transmitida en el Canal 2 de Televisa, frente a los 9.5 puntos que registró la ceremonia de entrega de los premios Oscar, difundida por Canal 7, de TV Azteca.
Traducido en números de audiencia, hablamos de poco más de 25 millones de mexicanos sintonizando el final de un melodrama cuya originalidad radicaba en los reiterados gags cómicos que adocenaban este refrito de la versión colombiana –cuya producción fue mucho más cuidada--, mientras que alrededor de 6 millones estuvieron interesados más en la transmisión de los premios de la Academia de Ciencias y Artes de Hollywood, cuya atracción principal radicaba en las 17 nominaciones que obtuvieron tres películas realizadas por directores mexicanos y que involucraron actores, productores y artistas nacionales.
Para Televisa, los 43 puntos de rating constituyen un auténtico récord. Supera ampliamente el final de la telenovela “Cuna de Lobos”, producción original de Carlos Olmos, que en su momento alcanzó más de 33 puntos de audiencia.
Sin embargo, también revela el otro lado oscuro del manejo de las audiencias mexicanas: ante la falta de opciones creativas y el exceso de mercadotecnia que giró en torno de “La Fea más Bella”, la empresa de Emilio Azcárraga Jean optó por demostrar que el provincianismo melodramático será su apuesta por rentabilidad, por encima de un espectáculo en el cual Televisa no tenía ningún interés.
A la principal empresa de contenidos audiovisuales mexicana no le interesó la entrega de los Oscar porque nunca ha querido invertir un quinto en el mejoramiento del cine mexicano. La pobreza de la industria mexicana nacional no radica en su falta de creatividad, como está demostrado en el caso de Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro o Alfonso Cuarón. Su pobreza está relacionada con la ausencia de cualquier compromiso de Televisa o de TV Azteca para con la pantalla grande. En México, a diferencia de otros países como España, ninguna ley obliga a las televisoras a financiar producciones cinematográficas.
Si alguna prueba existiera de que a Televisa le interesa el apoyo a la industria cinematográfica, por lo menos, hubiera tenido el detalle de transmitir “El Laberinto del Fauno”, de Guillermo del Toro, en los días anteriores o subsiguientes a la entrega de la premiación de Hollywood.
Por otro lado, para TV Azteca los 9.5 puntos de audiencia son una buena noticia en su alicaída barra dominical. En el Valle de México, la transmisión de Canal 7 alcanzó 10.1 puntos de ratings frente a los 44.1 puntos de “La Fea más Bella”. Estos índices son de por sí altos para la entrega de los premios Oscar.
En los hechos, esta guerra de los ratings nos revela otros signos:
1. La acelerada pauperización de los gustos en el caso de las audiencias masivas. El consumo de telenovelas se ha convertido prácticamente en el único mecanismo que tiene Televisa para garantizar su hegemonía comercial y su indiscutible superioridad entre las audiencias masivas. Sin embargo, está claro que ha perdido la batalla por la creatividad y la credibilidad, como lo demuestran otros indicadores. ¿Qué harán ahora para recuperar ese terreno perdido?
2. Tener 43 puntos de audiencia a nivel nacional es un triunfo pírrico porque justifican la calidad a la baja que se observa en la pantalla comercial mexicana, la ausencia de opciones y la falta de compromiso por formar y fortalecer visiones distintas para audiencias especializadas. Por otro lado, el target de la audiencia demostrará que aquellos sectores de mayor poder adquisitivo han emigrado de la televisión abierta a las señales por cable o por Sky. Si la pobreza de esos contenidos las quiere trasladar Televisa a su pretensión de controlar la televisión por cable, nos espera una temporada muy mala para la creatividad de la industria televisiva.
3. Esta situación explica la migración de talentos hacia Estados Unidos o hacia otros sitios donde los directores, guionistas, actores y fotógrafos encuentran no sólo espacios de libertad y creatividad más grandes, sino una competencia de opciones mayores.
Pobre televisión mexicana y mal augurio para las audiencias mexicanas, pero, por otro lado, se confirma que la apuesta por algo distinto está fuera del duopolio televisivo.
Email: jenarovi@yahoo.com.mx
viernes, marzo 02, 2007
Ratings contra “Óscares”
Etiquetas:
cine,
cinematografía,
Jenaro Villamil,
Premios Oscar,
Proceso,
Televisa,
televisión,
TV Azteca
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
No son peliculas mexicanas mi estimado... alguien se emociona todavía con los oscares?
Anónimo:
Nomás dime, pero dime! ¿dónde chingados dice nominaciones para "películas mexicanas"?
Dice DIRECTORES MEXICANOS. Honestamente me hubiera gustado que premiaran más a Babel, es una muy buena cinta. "Cartas de Iwo Jima" está buena, pero no le llega. "Infiltrados" es francamente una decepción. En fin, que se metan su Oscar por el culo y punto.
Por cierto que vergüenza para los regios que se desbordaran populísticamente al final de una telenovela, que no critico por la sencilla razón de que jamás la he visto, pero conociendo a la raza, ya me la imagino. Saludos!
Publicar un comentario