Julio Juárez Gámiz*
El Universal
18 de febrero de 2007
El tema ha rebasado los límites de la autocensura
Si los partidos se suman a la propuesta del IFE, podrán encontrar lineamientos para criticar y ser criticados
La semana pasada el Consejero Electoral del IFE, Marco Antonio Gómez Alcántar, presentó a los partidos políticos una propuesta para reglamentar el contenido de los spots que estén orientados a hacer una crítica negativa hacia una institución pública, funcionario público, partido político o algún candidato o militante del mismo.
La propuesta es el resultado de un largo historial de confrontaciones entre los partidos políticos acerca de hasta dónde puede llegar la crítica negativa de un spot político. Siendo que éstos se transmiten y producen gracias a las prerrogativas con las que cuentan los partidos políticos, el tema ha rebasado ya los limites de la autocensura. Se trata, concretamente, de que el IFE regule el grado de negatividad que un spot pueda tener.
La discusión sobre la creciente negatividad de los spots de campaña no es nueva. Sin embargo, un escenario de marcada polarización política, atribuido en parte a campañas de abierta descalificación, ha orillado al IFE a tomar cartas en el asunto. Dos hechos emblemáticos ilustran esta nueva etapa. Uno, el 19 de abril de 2006 el IFE solicitó al PAN el retiro de tres spots en donde Andrés Manuel López Obrador era presentado como un peligro para México. Dos, el IFE rechazó la decisión de la Segob de prohibir la transmisión de un programa del PRD en donde se mostraban imágenes de López Obrador tomando protesta como presidente legítimo.
Hasta antes de la campaña presidencial del 2006, los partidos políticos en México habían gravitado alrededor de la laxitud electoral en donde el llamado a no expresar diatriba, calumnia, infamia, injuria, difamación o un acto denigrante, les permitía producir spots que, incluso atacando a sus contrincantes, no causaran indignación que no pudiese ser subsanada con un contraataque mediático. Esta fase de autorregulación dejó de funcionar en el momento en el que el umbral de negatividad ´permisible´ rebasó los estándares a los que partidos, ciudadanía e IFE estábamos acostumbrados a ver en una campaña en México. Tal como sucedió el año pasado.
Repercusiones
Estos acontecimientos han tenido al menos dos repercusiones en las funciones del IFE.
Primero, hicieron manifiesta una facultad que hasta ese momento no había tenido necesidad de ejercer: prohibir la transmisión de un mensaje político por televisión. Segundo, abrieron una discusión institucional sobre el contenido ´aceptable´ para ser incluido en la propaganda de los partidos. Ambas repercusiones sentarán las bases sobre las decisiones que el IFE tome en el futuro respecto a mensajes que sean considerados como violatorios al artículo 38, párrafo 1, inciso p) del Cofipe.
La propuesta para reglamentar el contenido de mensajes críticos negativos es entendible en un contexto en donde los spots se han apropiado de la persuasión política electoral. El IFE propone actuar de oficio o a petición de parte ante conductas presuntamente violatorias de estos lineamientos y, así, vigilar que el contenido de los mensajes transmitidos por los partidos políticos se abstengan de injuriar y calumniar a sus contrincantes. Inobjetablemente, una iniciativa de esta naturaleza debe ser bien recibida. No obstante, existen algunas consideraciones respecto a los lineamientos propuestos por el IFE.
Primero, la propuesta reconoce el derecho de los partidos a emitir una crítica negativa a una institución pública, funcionario público, partido político o a algún candidato o militante del mismo siempre y cuando los hechos en los que el mensaje se apoye sean ciertos y la apreciación de éstos no sea descontextualizada.
Hay casos en donde la veracidad de un argumento es comprobable, sin embargo el discurso político está plagado de afirmaciones y negaciones que, transitando al borde de la verdad, no pueden ser clasificadas como falsas o ciertas del todo, al menos no dentro de la brevedad de una campaña. El juicio sobre la certeza o falsedad de un spot reside mayoritariamente en los televidentes y en sus predisposiciones sociales, culturales y políticas. Más aún, el IFE no puede juzgar un argumento político como cierto o falso, lo que sí puede hacer es señalar cuando este argumento constituye una calumnia, infamia o injuria. Se trata de una intervención normativa sobre la forma de un argumento y no acerca del fondo del mismo.
Segundo, la propuesta buscará unificar un criterio por medio del cual la negatividad de una crítica pueda ser aceptable. El IFE busca establecer un parámetro objetivo a partir del cual un spot que denigre a los ciudadanos sea retirado de las pantallas. La definición de negatividad, sin embargo, es un acto de apreciación subjetiva ya que cada persona tiene una concepción diferente de lo que es negativo frente a lo que no lo es. Sobre todo cuando se trata de argumentos vertidos por un partido político. Así como el dolor, cada persona tiene su propio umbral de tolerancia.
Para hacer efectivos estos lineamientos el IFE tendrá que evaluar cada spot. Teniendo el antecedente de 2006 como marco de referencia, el IFE parece dispuesto a ejercer el derecho a impedir la transmisión de un mensaje que sea considerado como violatorio de la ley electoral. Hacerlo sin el compromiso de los partidos políticos será muy complicado aunque posible. Si los partidos políticos se suman a esta discusión podrán encontrar juntos los lineamientos para criticar y, al mismo tiempo, ser criticados.
* Investigador del CEIICH-UNAM.
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1 comentario:
REM opina:
Asunto complicado si consideramos la gran influencia de la relatividad moral y las grandes diferencias sociales en México. Lo que para uno es negro, para el otro es gris y exije el mismo respeto para su apreciación. Para alguien puede ser moralmente válido abortar; para otra persona podría ser un abominable asesinato.
Un servidor vota a favor de que en las campañas electorales no se haga ninguna crítica negativa. Absolutamente ninguna.
Mejor que se de a conocer ampliamente la Propuesta, el Historial, se subrayen los Éxitos y los Fracasos (con estadísticas serias) de cada quién. Se de a conocer sobre su preparación académica; su preparación y vivencia religiosa. Sobre su Familia; sobre sus divorcios. Sobre su patrimonio. Sobre sus trabajos sociales en el servicio a la comunidad. Sobre su salario. Que expertos en psicología elaboren perfiles de los candidatos. Que sus planes sólo abarquen su sexenio para que al final el pueblo de México tengamos la oportunidad de evaluar...
Que no intervengan ninguna de esas empresas que miden las tendencias y que sólo sirven para confundir. Que el Candidato y su Partido sea descalificado y quede fuera de la competencia si los topes de campaña se rebasan considerando incluso los dineros de simpatizantes privados (empresarios por ejemplo).
bonito domingo
rem
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