viernes, abril 28, 2006

¿El arte imita a la vida o la vida al arte?

Miradores y admiradores de los Simpson recordarán el episodio en que una barra de carbón es preferida sobre Homero para recibir el nombramiento de “empleado del mes” en la planta nuclear de Springfield. Al final del capítulo, la inerte barra de carbón obtiene el reconocimiento nacional por haber salvado a la tripulación de un importante viaje espacial. En realidad, Homero, miembro de la tripulación, era el responsable tanto de haber puesto la misión en peligro como de llevarla a buen término, pero la barra que utilizó para atrancar la puerta de la nave (con lo cual él y sus compañeros lograron conservar la vida) pareció más atractiva a la nación norteamericana que la personalidad del buen Homero.

Puedo recordar cómo el increíble Homero, después de no ser más que un empleado de ínfima categoría en una tenebrosa planta nuclear, termina por acompañar al mismísimo Buzz Aldrin en un viaje fuera de nuestro planeta; pero ¿cómo fue a dar a la nave la inerte barra? ¿O se trataba de una barra diferente? Misterio.
Viene a cuento recordar hoy este viejo episodio de los Simpson. El pasado martes 25, cuatro candidatos a la presidencia de México discutieron durante dos horas frente a las cámaras de televisión sus respectivas propuestas para el mejoramiento de este decaído país. A su lado hubo una silla vacía que pretendidamente representaba a Andrés Manuel López Obrador, el candidato que rechazó debatir junto a los otros. Como parte de la estrategia de los demás para volver los votos en contra de AMLO, dejaron visible el que habría sido su lugar y enfatizaron que el rechazo significaba volver la espalda al electorado, etc.: todo lo que cualquiera de antemano supondría que se iba a decir en contra de López Obrador.
Lo que no esperaban los 4 candidatos es que la gente que vio el debate considerara como ganador del mismo, pese a su pudoroso silencio y su modesta presencia, a... ¡la inerte silla vacía!





En efecto, la silla vacía, pese a sus notorios defectos (timidez, poca movilidad, torpeza al expresarse), no puede ser acusada, al contrario de Roberto Madrazo, de poseer cuantiosas propiedades malhabidas por las cuales no paga un centavo de impuestos; no puede ser acusada, al contrario de Felipe Calderón (FECAL), de utilizar un cargo público para solicitar préstamos nada decorosos; y, al contrario de Roberto Campa y Patricia Mercado, la silla sí tiene muchas oportunidades de ganar estas elecciones.
Por lo pronto, ya conquistó mi voto. Iba a votar por Memín Pinguín (un negrito a todo dar), pero el desempeño de la silla en el debate, por no mencionar su intachable trayectoria, acabaron por decidirme. Digo, si en este país los políticos no son serios, ¿por qué íbamos a serlo los ciudadanos? Aunque, aguarden; esto de votar por una silla vacía ¿no fue lo que hicimos al elegir a Fox como presidente en el 2000?
Tendré que pensarlo mejor.

Créditos: Los autores de las caricaturas alusivas al debate son, en este orden, Magú, Naranjo, Helguera, otra vez Helguera, Hernández y otra vez Magú. Fueron tomadas de La Jornada (ediciones de los días 24, 25 y 26), excepto la de Naranjo, que tomé del sitio "El sendero del peje" (edición del miércoles 26, http://senderodelpeje.blogspot.com/2006_04_26_senderodelpeje_archive.html). La foto de la inerte barra de carbón la tomé del sitio que le consagra la Wikipedia; así es, ¡la inerte barra de carbón tiene su propia entrada en Wikipedia! ¿Qué esperan para incluir una entrada de "la silla vacía" en Wikipedia?

http://www.youtube.com/watch?v=y-VLkqx5jSE