miércoles, septiembre 19, 2007

Qué es tener vergüenza según Leonardo Boff

Leonardo Boff*
Red Voltaire
31 de agosto de 2007

Así leyó Max Lesnik** el artículo de Boff en Radio Miami:

Leonardo Boff, uno de los sacerdotes católicos de nacionalidad brasileña, inspirador de la llamada Teología de la liberación, escribió la pasada semana un artículo periodístico para su columna de opinión semanal, que si bien está dirigido a la política y a los políticos de Brasil, bien que le viene a otros países del continente y hasta esta misma ciudad de Miami.

El título del artículo de Leonardo Boff es: «Qué es la vergüenza». Y a continuación le damos lectura en este espacio de Réplica de Radio-Miami. Dice así el sacerdote rebelde:

"Benjamín Franklin (1706-1790) fue editor, refinado intelectual, escritor, pensador, naturalista, inventor, educador y político. Proponía como proyecto de vida un pragmatismo ilustrado, asentado sobre el trabajo, el orden y la vida sencilla y sobria. Fue uno de los padres fundadores de la patria estadounidense y un participante decisivo en la elaboración de la Constitución de 1776. Ese mismo año fue enviado a Francia como embajador. Frecuentaba los salones y era celebrado como sabio hasta el punto de que el propio Voltaire, ya anciano de 84 años, salió a recibirle en la Real Academia.

Cierta tarde, se encontraba en el Café Procope de Saint-Germain-des-Près, cuando irrumpió salón adentro un joven abogado y revolucionario, Georges Danton, diciendo en voz alta para que todos lo oyesen: «El mundo no es más que injusticia y miseria. ¿Dónde están las sanciones?» Y dirigiéndose a Franklin le preguntó provocativamente: «Señor Franklin, ¿por detrás de la Declaración de Independencia norteamericana no hay justicia ni una fuerza militar que imponga respeto? Franklin serenamente contestó: «Se equivoca, señor Danton, detrás de la Declaración hay un inestimable y perenne poder: el poder de la vergüenza (the power of shame)».

Es la vergüenza la que reprime el impulso de violar las leyes y frena la voluntad de corrupción. Ya para Aristóteles la vergüenza y el rubor eran indicios inequívocos de la presencia del sentimiento ético. Cuando faltan, todo es posible. La vergüenza pública obligó a Nixon a renunciar a la presidencia. Cada cierto tiempo, vemos a ministros y a ejecutivos importantes teniendo que pedir la dimisión inmediata por actos vergonzosos. En Japón llegan a suicidarse por no soportar la vergüenza pública. Sentir esa vergüenza es tener un límite intraspasable. Violado, la sociedad desprecia a su violador, pues sin límites no se puede convivir.

¿Qué es tener vergüenza? El diccionario Aurelio de la lengua portuguesa lo define así: «tener sentimiento de la propia dignidad; tener pundonor». Es lo que más nos falta en la política, en quienes ostentan poderes públicos, en diputados, senadores, ejecutivos y tantos otros ladrones y corruptos de cuello blanco. Con el mayor descaro y sin avergonzarse niegan crímenes manifiestos, mienten sin escrúpulos en los interrogatorios y en las entrevistas a los medios de comunicación. Son personas que a fuerza de hacer lo ilícito y de saberse impunes perdieron el sentido de la propia dignidad.

Robar del erario público, asaltar recursos destinados hasta para la merienda escolar o falsificar medicamentos no les ruboriza ni les hace enrojecer. Crimen es la estupidez de quien deja rastro o se deja pillar con las manos en la masa. No les importa, pues saben que saldrán impunes: basta con pagar buenos abogados y presentar recurso sobre recurso, hasta que expire el plazo. Parte de la justicia ha sido montada para facilitar estos recursos y favorecer con el poder a quienes no tienen vergüenza.

Como trasfondo de todo está una cultura que siempre negó dignidad a los indios, a los negros y a los pobres. No consiguió robarles su valor ético, porque la mayoría tiene vergüenza y un mínimo de dignidad.

Como me decía un amigo que vive de la basura con el que trabajé cerca de veinte años: «Lo que más me duele es tener que tragarme la vergüenza y sujetarme a vivir de la basura. Pero no soy un “buscabasuras”, soy un trabajador que con mi trabajo digno consigo alimentar a mi familia».

Si nuestros políticos desvergonzados tuviesen el sentido de la dignidad de este trabajador, digna y dignificante sería la política de nuestro país."

Dimos lectura a un artículo del humanista sacerdote católico Leonardo Boff, uno de los inspiradores de la Teología de la liberación.

Les habló para Réplica de Radio-Miami, Max Lesnik.

* Sacerdote brasileño, uno de los principales teóricos de la Teología de la liberación en Iberoamérica. En varias ocasiones, la alta jerarquía de la Iglesia católica lo ha censurado debido a sus puntos de vista. En 1985 le fue impuesta por el Vaticano la pena de un año de "silencio obsequioso".

** Periodista cubano. Sus notas aparecen en La columna de Max. Residente en Estados Unidos desde hace muchos años. Gran conocedor de las relaciones cubano-estadounidenses, dirige un programa en Radio Miami.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y uno de los que no tienen verguenza en México, además del Usurpador principal, es Javier Lozano, secretario del Trabajo. Es posible que hoy arremeta definitivamente contra la dignidad de los mineros fallecidos en pasta de conchos, dejando sus cuerpos en la mina. Sus familias exigen el rescate para darles sepultura cristiana.

Tanto Grupo México como el gobierno mexicano se amparan en argumentos que no tienen sustento en la realidad: que la mina está derrumbada, que está inundada, que está gaseada, que es peligroso y casi mortal el trabajo para los rescatistas, etc. Mienten. La mina está rehabilitada y reconstruida. En julio de 2007, fueron introducidas por un grupo de científicos, cámaras de video con láser, las cuales mostraron que no hay ninguna razón técnica para suspender el rescate. Lo único que lo impide es el temor a la verdad. Los huesos hablarán a través de los estudios forenses y quedará al desnudo la verdad de la tragedia y la complicidad de gobierno y empresa en su omisión y negligencia para haber evitado un desenlace fatal.

¡Usted puede ayudarnos! Enviar el mensaje u otro: ¡RESCATE YA PORQUE AHÍ ESTÁN! a la empresa: xavier.gdequevedo@mm.gmexico.com y gobierno: felipe.calderón.hinojosa@presidencia.gob.mx; javier.lozano@stps.gob.mx

Saludos mi estimado EH...

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Muchísimas gracias a mi lector anónimo por darme noticia de la infamia que Felipe Calderón y Javier Lozano pretenden cometer. Les escribí ya a los oligarcas de Grupo México y a sus peleles Lozano y Calderón. También publiqué una nota en La Hora del Pueblo (http://lahoradelpueblo.blogspot.com). Ojalá todos los lectores de aquel blog, que no son pocos, escriban.

Nuevamente, amigo mío, muchas gracias.

marichuy dijo...

Querido Erat

Soy muy pesimista y escéptica y la verdad tengo serias dudas de que las misivas sirvan de algo. Esos tipejos no conocen la descencia.

Un abrazo

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Marichuy:

Usted escríbales y después virigua.

No se gana una batalla pensando que será perdida.

Anónimo dijo...

Desde hace algunas semanas se ha estado ejerciendo presión para favorecer un dictámen positivo para los difuntos mineros: ¡Que sean rescatados! Por lo pronto se ha aplazado el dictámen de parte del Sr. Lozano para principios de Octubre. Es obvio que esperan otro tiempo más sereno...

Me parece que cuando ejercemos presión al mismo tiempo, preocupa a Lozano, Calderón y a la Familia Larrea.

Así que María Jesusa, ¡escribale! Por cierto tienes un nombre muy católico. Jesús decía que si pedimos con insistencia lograremos el objetivo: pidan [con necedad] y se os dará...

hasta luego