lunes, octubre 13, 2008

Revista Proceso: selección del libro de memorias de Ugalde

Esta semana, la revista Proceso ofrece una selección del libro de memorias del ex-presidente del IFE Luis Carlos Ugalde. El libro se titula Así lo viví, testimonio de la elección presidencial de 2006 y será publicado por la editorial Grijalbo. Como ocurre siempre con los libros de memorias de los hombres que se han dedicado a la política (Carlos Salinas de Gortari, José López Portillo), pocas razones hay para pensar que Ugalde intentará otra cosa que "limpiar su nombre"; con todo, resultan interesantes las revelaciones que dejan ver las palabras de Ugalde, aunque haya que leer "entre líneas". Por ejemplo, pese a que Ugalde pretende retratarse a sí mismo como si hubiera sido muy independiente de Elba Esther Gordillo, su propio dicho lo pone en ridículo y realza la participación de Gordillo en el proceso electoral. Asimismo, Ugalde formula de manera cautelosa una pregunta: ¿sería presidente hoy Felipe Calderón si el IFE no hubiera tolerado por tanto tiempo la campaña sucia del PAN y los súper empresarios en contra de Andrés Manuel López Obrador? En este blog les ofrecemos una "selección de la selección" de lo que escribió Ugalde, esperando que despierte el deseo de los lectores de adquirir el número de esta semana de Proceso, una de las pocas revistas de circulación nacional que intenta cubrir con objetividad los acontecimientos más relevantes de la vida política de nuestro país (Nota: las observaciones entre paréntesis de los siguientes párrafos las hace Proceso, no Ugalde).

(...) La interrogante central es si el conflicto después del 2 de julio es consecuencia de que las contiendas fueron inequitativas. Si Fox no hubiera hablado y los empresarios no hubieran transmitido sus spots, ¿López Obrador habría aceptado el resultado que no le favoreció? Y, más importante quizá, ¿habría ganado Felipe Calderón?

(...)

Hacia las 11:40 de la noche (del 2 de julio de 2006), poco antes de entrar a la última sesión del Consejo General, cuando iba a bordo de la camioneta que me transportaba a la sala de sesiones, hablé con el presidente (Fox). La charla fue ríspida y desagradable.

-Señor presidente, como ya lo ha escuchado, la elección está tan cerrada que no pudimos anunciar quién ha ganado la elección para presidente de la República.

Esperaba una respuesta de apoyo institucional. No la hubo. Con tono seco y altivo me dijo que era una lástima que no hubiera anunciado ganador. Según él, todas las encuestas "serias" mostraban un ganador claro (...) Me dijo que estaba colocando al país en una situación de ingobernabilidad por no haber dado ganador.

En ese momento me enojé y exalté. ¡Cómo era posible que Fox le reclamara a la autoridad electoral y, con sus palabras, sugiriera como error no dar ganador! El IFE es una autoridad que da resultados si los hay, y nuestra función no era anunciar triunfos "para que hubiera gobernabilidad", sino dar resultados, aunque éstos fueran que, con base en la información dura, todavía no había ganador. (...)

Con su tono y actitud, Fox pretendía transferirme a mí la culpa de la posible ingobernabilidad del país. Olvidaba que sus declaraciones durante las campañas habían contribuido a construir un clima conflictivo. Molesto, le dije:

-Mi función como presidente del IFE es respetar los acuerdos del Consejo General y acatar la decisión del Comité del Conteo Rápido. El comité me informó que la elección está tan cerrada que es imposible saber quién ganó. Y así lo hice.

Colgamos de manera abrupta. Yo estaba bastante molesto. Supongo que él lo estaba más.

Cuando estaba bajando de la camioneta (...), (Alejandro) Ríos Camarena (secretario de Ugalde) recibió en su teléfono una llamada de Elba Esther Gordillo.

-Habla Elba Esther Gordillo. Comuníqueme con Luis Carlos Ugalde -le dijo la lideresa magisterial.

-El doctor Ugalde no puede tomar la llamada, está a punto de entrar a la sesión del Consejo General.

-¡Cómo que no puede tomar la llamada! Usted no sabe quién soy.

Mientras caminábamos para ingresar a la sala de sesiones, observé a Alejandro contrariado. En ese momento no sabía con quién hablaba. Elba Esther le decía:

-Necesito hablar con él, porque está poniendo al país en una situación muy grave. Necesito hablar con él antes de que inicie la sesión.

Ríos Camarena insistió:

-No puedo comunicárselo.

La doble negativa de Alejandro enfureció a "la maestra". Ella había sido gestora de mi elección como presidente del IFE en 2003 y en el momento más crítico de mi gestión mi secretario particular le negaba hablar conmigo. Lo insultó y le dijo que se arrepentía de haber votado por mí como presidente del IFE años antes.

-Ha sido el peor error de mi vida -dijo Elba Esther.

Alejandro cortó la llamada. (...) Eran las 11:45 de la noche. Mientras entrábamos en el salón de sesiones sentí un ambiente tenso. Muy diferente de la sesión de esa mañana. Sonó nuevamente el teléfono de Ríos Camarena.

-Necesito hablar con el consejero presidente.

Era nuevamente Elba Esther Gordillo.

-No puede tomarle la llamada -reviró Ríos Camarena.

-Dígale que le faltó valor para decir quién ganó.

(...) Tiempo después una persona que había presenciado la conversación de Elba Esther con mi secretario particular me narró que estaba furiosa. Quería que anunciara que Calderón había ganado. Al colgar (...) habría dicho:

-Le faltaron huevos a Ugalde.

(...)

(Ese mismo 2 de julio, antes de que Ugalde hablara con Fox, Ríos Camarena había contestado otra llamada.)

(Ríos Camarena) me dijo: "Felipe Calderón quiere hablar contigo". Hice una exclamación silenciosa con los brazos, en tono de rechazo. (...) Todas las reglas eran conocidas y estaban a la vista (...).

-El doctor Ugalde no está tomando llamadas de ningún candidato -contestó de manera inmediata Ríos Camarena, al observar mi reacción. Del otro lado de la línea insistían en que Calderón quería hablar conmigo.

-Lo lamento -dijo Ríos Camarena-, es una decisión tomada hace días y no hablará con ningún candidato.

Desde las cuatro de la tarde, Felipe Calderón tenía la certeza de que había ganado la elección, y quería que el presidente del IFE lo anunciara (...) Sin embargo, partía de un error. Efectivamente, iba literalmente arriba en la mayoría de las encuestas de salida, pero la distancia que lo separaba era tan pequeña que el conteo rápido sería insuficiente para determinar, con plena certeza, que el candidato del PAN era el triunfador esa noche.

(Durante la campaña, cuando el TEPJF ordenó al IFE suspender los spots donde se calificaba a López Obrador como "un peligro para México", Calderón también había hablado telefónicamente con Ugalde.)

Argumentó que si el IFE los prohibía (los spots), se estaría limitando la libertad de expresión y se daría un golpe a la democracia. Su tono de voz reflejaba molestia. Expresó que era inadmisible que los consejeros cediéramos frente a las pretensiones del PRD. Me dijo que tenía derecho a decir lo que pensaba, y que el IFE no se lo podía prohibir. (...)

Le dije que la señal del Tribunal Electoral era muy clara. "Los magistrados quieren que se detengan las campañas negativas. Si no lo hacemos nosotros -explicaba-, lo harán ellos, y yo no puedo permitir que el IFE sea omiso frente a un mensaje claro de los magistrados". (...)

El tono de la charla era áspero. Calderón insistía en que no teníamos derecho a retirar sus spots.

-Lo lamento mucho, pero mi voto es a favor del retiro de los spots y no lo cambiaré -reiteré al candidato del PAN.

Con el paso del tiempo he recordado varias veces esa conversación. He reflexionado sobre el contraste entre el Felipe Calderón que como candidato era defensor de la libertad de expresión, a costa de lo que fuera, y el Felipe Calderón que como presidente publicó una reforma constitucional, en noviembre de 2007, que prohíbe el tipo de publicidad política que él mismo empleó contra AMLO y que defendió ante mí en abril de 2006 (...).

domingo, octubre 12, 2008

Requerimiento de Francisco Pizarro

Pueblos originarios y socialismo: a cinco siglos del “Descubrimiento”
Sergio de Castro Sánchez

Kaos en la red

12 de octubre de 2008


Es nuestra intención invitar a una reflexión que, partiendo de los fundamentos ideológicos del genocidio, nos permita pensar el presente histórico que vive América Latina.

Como ya es habitual, sin dejar de ser necesario, por estas fechas se multiplican las voces de denuncia contra uno de los episodios más salvajes de la historia de la humanidad y la manipulación y el silencio con que las elites han tratado de justificarlo u ocultarlo. Es nuestra intención invitar a una reflexión que, partiendo de los fundamentos ideológicos del genocidio, nos permita pensar el presente histórico que vive América Latina.

De manera ya conocida, las cúpulas ideológicas a ambos lados del Océano celebran el 12 de Octubre como el comienzo de un “encuentro” enriquecedor entre “dos formas de ver le mundo y la vida”. Este “encuentro”, a grandes rasgos, puede dividirse en dos etapas. La primera comenzaría, por supuesto, con la llegada de Colón a “La Española” y finalizaría con el logro de la independencia por parte de los países americanos. La excusa: la verdad de Dios. El fondo del asunto: el dinero y la expansión colonial (poder). La segunda surgiría con la creación de los estados-nación en Abya-yala y la consagración del poder criollo y su proyecto mestizo. La excusa: el progreso y la modernidad. El fondo del asunto: la perpetuación del poder económico y político. El neoliberalismo sería la última expresión de esta fase.

La tercera de estas etapas (si es tal cosa) debería ser descrita con mayor cautela y un análisis más pormenorizado, pero este no es la finalidad de este escrito. Con esa cautela que merece un proyecto no acabado y que se define como liberador y revolucionario, podríamos decir que este nuevo período comienza con la llegada al poder de gobiernos más o menos cercanos al llamado socialismo del siglo XXI. Si se convertirá en una nueva máscara del proyecto mestizo-criollo (y por tanto continuista con respecto a la lógica etnocéntrica, desarrollista y depredadora de la Modernidad) o si será capaz, como demandan muchas voces surgidas desde el propio socialismo, de incluir en él a los pueblos originarios, es lo que falta por ver. Posición esta última que, aún así, tiene los peligros ya experimentados en el pasado cuando se trata de “integrar”, y no tomar como protagonistas, a los verdaderos herederos del continente de Abya Yala.

Surgen, por tanto, algunas cuestiones. La “Revolución”: ¿nueva excusa o proyecto liberador y plurinacional? El fondo del asunto: ¿creación de renovadas oligarquías o auténtico cambio estructural?

En este contexto, algunas de las lógicas repetidas durante siglos deben ser revisadas en base a los hechos históricos y sus fundamentos ideológicos de fondo. Y con esto me refiero no tanto a los “contenidos”, evidentemente muy diferentes, sino a la “forma” en que estos contenidos son presentados al “otro” (los pueblos originarios). La reflexión que se propone tiene como objetivo recapacitar acerca de si la manera en que las propuestas de cambio son presentadas al “otro” “desde arriba”, como algo absoluto, único y verdadero; o si por el contrario, incluso más allá de la mera “integración”, lo son de manera horizontal como algo inacabado y abierto.

Salvando las diferencias que esperamos haber explicado con suficiente claridad, creemos que a este respecto uno de los documentos más clarificadores y sobrecogedores que uno puede consultar es el Requerimiento.

Cuando en 1511 el dominico Antonio de Montesinos denuncia desde La Española el comienzo de las atrocidades que se convertirían más tarde en un genocidio a nivel continental, Fernando el Católico convoca una junta de juristas y teólogos que traten de dar fundamento a la Conquista. Juan López de Palacios Rubios sería el encargado de redactar a este respecto la Notificación y requerimiento que se ha dado de hacer a los moradores de las islas en tierra firme del mar océano que aún no están sujetos a Nuestro Señor: el Requerimiento.

La fundamentación teológica del principio de propiedad sobre “El Nuevo Mundo” y el derecho divino -obligación moral más bien- de proceder a la evangelización de sus moradores sirven de excusa para una acción muestra del atavismo ideológico y humano de quienes impulsaron la Conquista. Un atavismo anclado en el eurocentrismo más recalcitrante y que, posteriormente, ha ido cambiando su máscara a lo largo de los años. Si el proyecto socialista se está convirtiendo en una nueva máscara es lo que, creemos, es necesario revisar en estos momentos históricos para América Latina.

El Requerimiento fue utilizado por primera vez en la actual Panamá en 1513. El “conquistador” Pedrarias Dávila tuvo el honor primero de hacer saber a los indígenas cuál era la verdad suprema que fundamentaba el genocidio. Así, tal y como harían sus sucesores, llegado el momento de su encuentro con los “indios”, leyó en voz alta el solemne documento. Les hizo saber que el Papa era el auténtico poseedor de sus tierras. Que el representante de Dios en la Tierra las había entregado a los Reyes Católicos con la tarea explicita de evangelizar y guiar por el camino de la Verdad a sus moradores. En perfecto castellano antiguo, y en presencia de un notario real, se les hacía saber que cualquier tipo de resistencia a tal empeño divino supondría, bajo principio supremo emanado de lo más Alto, el derecho de los conquistadores a arrasar con todo aquel que se mostrara mínimamente reticente a cumplir el mandato divino. Añadiendo, para acabar, que ellos mismos serían los culpables de tal proceder de los esforzados cristianos por no acatar los designios de Dios.

Si bien en un principio el texto era leído en presencia de los propios indígenas, más tarde lo sería, tal y como explica Eduardo Galeano, en la noche y desde las cercanías de las aldeas que, al amanecer, eran arrasadas por los enviados de Dios.

El Requerimiento sufrió pequeñas modificaciones a lo largo de los años. A continuación reproducimos la versión hecha llegar a Francisco Pizarro durante sus heroicas expediciones por tierras del Imperio Inca. Recomendamos de manera enfática su lectura completa.

Provisión que se manda al marqués don Francisco de Pizarro para que pudiese continuar las conquistas de las provincias del Perú

La forma y orden que se ha de tener en el requerimiento que de parte de su Majestad se ha de hacer a los Indios Caribes, alzados en la provincia del Perú, es el siguiente:

De parte del Emperador y Rey don Carlos, y doña Juana, su madre, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira, de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Indias, islas y tierra firme del mar Océano, Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y de Molina, Duques de Atenas y Neopatria, Condes de Ruysellón y de Cerdeña, Marqueses de Oristán y de Gociano, Archiduque de Austria, Duques de Borgoña y de Bravante, Condes de Flandes y de Tirol, etc. Domadores de gentes bárbaras.

Sus criados os notificamos y hacemos saber, como mejor podemos, que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbre de la generación que de estos ha salido desde [hace] cinco mil y hasta más años que el mundo fue creado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos Reinos y provincias, que en una sola no se podían sostener y conservar.

De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo a uno, que fue llamado S. Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o creencia; y dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción, y como quiera que él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más aparejado para regir el mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos, moros, judíos, gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren. A este llamaron Papa, porque quiere decir, admirable, padre mayor y gobernador de todos los hombres.

A este San Pedro obedecieron y tomaron por señor, Rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y así mismo han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al pontificado, y así se ha continuado hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe.

Uno de los Pontífices pasados que en lugar de éste sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y Reina y sus sucesores en estos Reinos, con todo lo que en ella hay, según se contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron, según se ha dicho, que podréis ver si quisieseis. Así que sus Majestades son Reyes y señores de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales Reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado, han recibido a sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven como súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego sin dilación, como fueron informados de los susodichos, obedecieron y recibieron los varones religiosos que sus Altezas les enviaban para que les predicasen y enseñasen nuestra Santa Fe y todos ellos de su libre, agradable voluntad, sin premio ni condición alguna, se tornaron cristianos y lo son, y sus Majestades los recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar como a los otros súbditos y vasallos; y vosotros sois tenidos y obligados a hacer lo mismo.

Por ende, como mejor podemos, os rogamos y requerimos que entendáis bien esto que os hemos dicho, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo, y reconozcáis a la Iglesia por señora y superiora del universo mundo, y al Sumo Pontífice, llamado Papa, en su nombre, y al Emperador y Reina doña Juana, nuestros señores, en su lugar, como a superiores y Reyes de esas islas y tierra firme, por virtud de la dicha donación y consintáis y deis lugar que estos padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho.

Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello que sois tenidos y obligados, y sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos con todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis libremente lo que quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a que os tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad os quisieseis convertir a nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho casi todos los vecinos de las otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederán privilegios y exenciones, y os harán muchas mercedes.

Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen; y de como lo decimos y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo dé por testimonio signado, y a los presente rogamos que de ello sean testigos.

Señalada del Conde, Doctor Beltrán. Licenciado Carabajal. Licenciado Bernal, Licenciado Mercado de Peñalosa.

Esta se despachó para el Marqués don Francisco Pizarro en ocho de Marzo, de mil quinientos y treinta y tres, cuando se le envió provisión para que pudiese continuar la conquista y población de las provincias del Perú.

sábado, octubre 11, 2008

La Guerra Fría, recalentada

Mi artículo de este mes para el periódico Kiosco.

La Guerra Fría, recalentada
Gerardo Monroy
erathora@gmail.com

Sólo dos líderes rusos de los últimos tiempos son estimados sin melindres por los medios de comunicación occidentales: el bien portado Mijail Gorbachov y el bebedor social Boris Yeltsin. Se les galardonó con flores, canciones, homenajes, artículos elogiosos en revistas, grados honoris causa... ¡hasta con un premio Nobel! Ambos se encargaron de desmantelar la Unión Soviética; ¿cómo no iban a adorarlos en Europa y América? Por el contrario, las referencias acerca de Vladimir Putin, sucesor de Yeltsin en la presidencia de Rusia y actual primer ministro del país, bosquejan a un individuo hermético, sorpresivo y por ello nada confiable, decepcionante porque no es el demócrata con quien el mundo civilizado anhelaría hacer tratos, sino otro autócrata absoluto en la fila de déspotas orientales que va de Iván IV Vassilievich a Iosif Vissarianovich Djugashvili.

En fecha tan temprana como 1992, la población de Osetia del Sur manifestó en un referendo su ánimo de independizarse de Georgia pero ésta, de la cual formalmente Osetia del Sur sigue siendo parte, se niega a reconocerla como una entidad distinta. A lo largo de 16 años y medio, entre Georgia y Osetia se han sucedido conflictos armados, reconciliaciones forzadas, intentos de diálogo; la tensión entre ambas repúblicas no ha podido ser aligerada de manera permanente. Tras la cumbre de abril del año en curso, la OTAN se mostró conforme con la eventual admisión de Ucrania y Georgia dentro de su coalición; de sumarse las dos ex-repúblicas soviéticas a la OTAN, la seguridad nacional de Rusia quedaría en riesgo, por lo que Putin empezó a acercarse a los independentistas de Osetia del Sur y de Abjasia. La noche del 7 de agosto, el ejército georgiano se introduce por tierra y aire en Tsjinvali, capital oseta. Rusia y Osetia responden al ataque. Al día 15 se estimaban decenas de rusos muertos, cientos de georgianos y mucho más de mil osetas.

Tsjinvali ha sido devastada; y no obstante haber sido el pueblo oseta el peor afectado en esta intensa guerra de diez días, Occidente, a través de su radio, a través de su prensa y su televisión, pretende engañarse a sí mismo haciéndonos creer que el enorme Goliat, el oso ruso, emprendió una inmoral y desmedida agresión contra el indefenso David georgiano. Los nombres de Rusia y Georgia ensombrecen la castigada figura de Osetia. Tal vez por eso tú también, lector hipócrita a pesar de ti mismo, crees y dices y repites los viejos clichés anti-rusos: que en el país gigante nunca dejaron de mandar los zares; que Stalin era un zar; que Stalin le da al mundo lo mismo que da Hitler. A partir de semejantes premisas irracionales, el subsecuente paso irracional es afirmar que los líderes rusos de hoy día, Putin y el presidente Dmitri Medvedev, son zares, son Stalin y son Hitler.

Detalles no muy importantes

Este paso ha sido dado por Robert Kagan, ex-analista de asuntos internacionales para el ex-presidente de Estados Unidos Ronald Reagan. Kagan publicó el lunes 11 de agosto en su columna del Washington Post un artículo (“Putin makes his move”) que comienza con esta sorprendente declaración: “Los detalles de quién provocó que se adelantara la guerra de Rusia contra Georgia no son muy importantes. ¿Recuerda usted los detalles precisos de la Crisis de los Sudetes, antes de la Segunda Guerra Mundial, que causó la invasión a Checoslovaquia por parte de la Alemania nazi? Por supuesto que no, porque esos dilemas morales se recuerdan como una tragedia pequeña dentro de un drama mayor”. Estoy citando la versión en castellano del artículo (“Putin hace su jugada”) aparecida el 13 del mismo mes en el periódico mexicano Excélsior.

Para Kagan —un pensador cuyo ascendiente ha reconocido John McCain, candidato republicano a la presidencia norteamericana—, los antecedentes del conflicto caucásico no son relevantes. Equipara a la Rusia de hoy con la Alemania de ayer; si los lectores de Excélsior y del Washington Post no experimentan ningún sobresalto, se debe a que un sinfín de periodistas e historiadores nos han ido preparando durante las últimas décadas para asimilar sin resistencia las comparaciones entre el socialismo ruso y el fascismo alemán.

“La Rusia ‘federal’ de Putin ha sido zarista y soviética, es decir, totalmente contraria a la aparición independiente de las repúblicas ex-soviéticas”, escribe en El Universal el martes 12 (“Georgia, un nuevo volcán para Putin”) el profesor de la UNAM Juan María Alponte. Para Alponte, la política de George Bush II en el Cáucaso es “de contención” (“Sarkozy y la ONU buscan la paz en Georgia”, El Universal, 15 de agosto), “toda la política exterior de Putin ha consistido en someter las ex-repúblicas separadas al centralismo de Moscú” (“Rusia: la explosión de las ex-‘repúblicas’”, 1 de agosto) y otra vez: “Moscú impone la doctrina de los zares y la de la ex-URSS” (“Georgia, un nuevo volcán...”). En el número 387 (17 de agosto) del semanario Vértigo (“Georgia: otra vez ante los imperios”), Alponte repite “que Stalin, Lenin y Putin no aceptaron nunca la modificación de las fronteras históricas del Imperio Zarista como fronteras de la nación”.

Pese a ostentarse como historiador, Alponte no explica que, en el siglo XIX, osetas y georgianos se sometieron al imperio ruso buscando protegerse del imperio turco. Además, la reiterada comparación entre Putin y los bolcheviques es extravagante, pues las fronteras que defiende Alponte cuando critica a Putin fueron trazadas por ¡Stalin! A Alponte no le interesa ni el Lenin ni el Stalin de la realidad; para él Lenin y Stalin no son personas, sino fetiches de los que se sirve para avalar la política de Bush II contra Rusia; “de contención”, sí, por supuesto. Hay que hablar mal de Rusia hasta cuando el tema no es Rusia; consúltese “La dura cuesta hasta los votos de noviembre” (Vértigo 390, 7 de septiembre), donde el invariable Alponte arremete contra Putin en un artículo destinado en principio a analizar la contienda presidencial estadunidense.

Ciego con el presente como con el pasado, Alponte no dice que la Georgia davidiana enfrentada al Goliat ruso tiene detrás de ella otro Goliat mayor que es su sostén. Las armas norteamericanas apuntalan a Georgia. Los medios de comunicación minimizan u omiten la participación de Estados Unidos en el conflicto, la asimilan a la “ayuda humanitaria” que Bush jura que enviará al Cáucaso y aun llegan a apoyar a Norteamérica como “fuerza estabilizadora”. Los mandos militares georgianos han sido instruidos por efectivos estadunidenses, pero este “detalle” (Kagan dixit) “no es muy importante”. Georgia destina 70% de su presupuesto a comprar armamento y, después de Estados Unidos y Gran Bretaña, es la nación que más tropas ha enviado a Irak: otro “detalle no muy importante”. Tampoco parece “importante” que Mijail Saajashvili —el presidente georgiano— haya violado la tregua que tradicionalmente supone la celebración de los juegos olímpicos para, con Medvedev y Putin en Beijing, ordenar el ataque contra Tsjinvali.

El 14 de agosto, Ralph Peters, teniente coronel del Ejército de Estados Unidos, publicó en su columna del New York Post un texto (“A Czar is born”) donde, después de insultar al pueblo ruso con juegos de palabras (“the Russians are alcohol-sodden bar barians”), vuelve a la amañada comparación entre la dirigencia rusa actual y la del pasado: “ni un solo líder del mundo libre que se desempeñe hoy en el cargo puede medirse con el zar Vladimir el Grande”, “Sarko creyó ejercer un gran prestigio como estadista, pero Putin no lo vio más que como un ‘tonto útil’ (en jerga leninista)”. Sarko es el apodo con que Peters desprecia a Nicolas Sarkozy, presidente de Francia y mediador en el conflicto. El zar Vladimir es, obviamente, Putin: un zar leninista; al fin y al cabo, ¿qué tanto vale la congruencia histórica? En público, de acuerdo con un reporte de Daniel Luban, Peters ha comparado a Putin no sólo con Stalin sino con Hitler: “nos enfrentamos al resurgimiento de una gran potencia con ambiciones imperialistas megalomaníacas, dirigida por el líder más eficaz del mundo actual. Encuentro una terrible reminiscencia con los años 30” (“Neoconservadores de EEUU comparan a Putin con Hitler”, portal electrónico Inter Press Service, 14 de agosto).

Un cada día más vergonzoso Carlos Fuentes escribe en el periódico argentino La Nación (6 de septiembre): “Putin llegó con la clara intención de restaurar el poder de la Gran Moscovia. Él es heredero de Iván el Terrible, de Pedro el Grande y del terrible, aunque no grande, Stalin”. Es sin duda sombrío que quien fuera un gran novelista repita falsedades sin imaginación, pero en esta muerte decidió Carlos Fuentes que desembocara su vejez.

Osetia en la tele gringa

Shepard Smith, conductor del noticiario Fox News en Estados Unidos, entrevistó el 13 de agosto a dos norteamericanas de ascendencia oseta: Amanda Kokoeva, de 12 años, y su tía Laura Tedeeva-Korewiski, quienes se encontraban visitando a sus parientes en Osetia del Sur cuando comenzaron los bombardeos. La entrevista discurre amablemente hasta que la niña les da las gracias a los soldados rusos que la rescataron y recuerda que los ataques contra los civiles provenían de Georgia. La tía menciona el nombre del culpable de la guerra: Mijail Saajashvili. Smith interrumpe a la mujer y anuncia un corte comercial. Laura suspira: “sé que no quieres escuchar esto...” Al volver del corte, Laura intenta desarrollar su juicio: no el pueblo de Georgia, sino el presidente Saajashvili es el culpable. “Debe de renunciar”, dice. Smith la interrumpe por última vez: “eso es lo que quisieran los rusos”. La entrevista finaliza. No duró más de tres minutos.

viernes, octubre 10, 2008

La rebelión de los Andrés y las Andreas

Mala semana para el espurio. Todavía no deja de festejar la población a los estudiantes Andrés Gómez Emilsson y Marco Virgilio Jiménez por haber definido lo que es Felipe Calderón: un usurpador y un político espurio, cuando otra vez los gritos de la memoria nos reiteran a todos la ilegitimidad del ocupante de Los Pinos. La protagonista del más reciente grito es hija del popular comentarista de deportes Ángel Fernández, ya fallecido, a quien sin duda muchos de nuestros lectores recordarán con simpatía. Ella es periodista, como su padre, y se llama Andrea Fernández; es tocaya, pues, de Gómez Emilsson y del presidente legítimo. Su hazaña tuvo lugar en pleno Senado de la República, durante la entrega de la medalla Belisario Domínguez a Miguel Ángel Granados Chapa. A continuación la nota tal como aparece en el blog y periódico El Sendero del Peje.

Increpan a Calderón en entrega de la medalla Belisario Domínguez
Yuriria Rodríguez Castro
8 de octubre de 2008

¡Es un honor estar con Obrador!, gritó una periodista.

Felipe Calderón gusta de meterse a la boca del lobo, ahora su presencia en la entrega de la medalla de honor Belisario Domínguez 2008, no fue la excepción. La presea le fue otorgada al periodista y escritor, Miguel Ángel Granados Chapa, en medio de un ambiente intelectual, poco conocido para él y rodeado de miembros del Senado, periodistas y luchadores sociales, Calderón volvió a escuchar las palabras de rechazo que lo persiguen como una constante en cada acto oficial en el que se aparece un ciudadano: “¡Es un honor estar con Obrador!”, le gritó Adriana Fernández, periodista de Radio Educación y Radio UNAM; en seguida, la mujer levantó nuevamente la voz: “¡Arriba López Obrador!”, mientras los senadores perredistas guardaban silencio.

Otra vez, a Calderón, el protocolo le costó caro: Granados Chapa se refirió a la tentación autoritaria, a los levantotes y desapariciones por parte de autoridades federales y estatales; habló del periodismo comprometido con la democracia, hizo un llamado a aprobar una ley de amnistía para la liberación de presos políticos. Finalmente también se refirió al tema energético, la relevancia que tuvo un debate abierto, sumado a la movilización ciudadana y al ejercicio de las libertades. De igual forma, destacó la fortaleza adquirida por el Poder Legislativo en dicha materia; ahí en el lugar donde se dieron cita los representantes del Senado y un testigo de honor deshonrado, Felipe Calderón Hinojosa.

Tanto el discurso de Granados Chapa, como las consignas que se escucharon en el recinto no legitimaron a Calderón, lo rechazaron, los gritos claramente, el discurso con retórica. Nada hizo falta de nuevo. Y éste es sólo el comienzo de esas muestras de ilegitimidad. Ahora ya no son nada más los perredistas, quienes se pueden dar el lujo de callar, mientras los ciudadanos y una clase de periodistas desapegados al sistema, lo reprueban.

Rosario Ibarra de Piedra, con su adoración por las imágenes, pegó una foto del Presidente Legítimo en su escaño, pero no habló. Se quedó escuchando primero el himno nacional mexicano, e inmediatamente después el grito de Adriana Fernández, hija del locutor deportivo, del cronista poeta, Ángel Fernández.

Lo que sigue es la versión que ofrece de los hechos el periódico Milenio.

“Es un honor estar con Obrador!”
Elba Mónica Bravo
Milenio
8 de octubre de 2008

La hija del cronista deportivo Ángel Fernández se manifestó a favor del perredista durante la entrega de la medalla Belisario Domínguez.

Es un honor estar con Obrador, se escuchó la voz femenina en solitario que salió del lado de las curules del PAN en el recinto del Senado.

Habían pasado los primeros cinco minutos de la llegada del presidente Felipe Calderón, quien acudió a la sesión solemne para la entrega de la medalla Belisario Domínguez, que se entregó al periodista Miguel Angel Granados Chapa.

Calderón escuchó el tono del grito popular, como lo definió la locutora Andrea Fernández, hija del extinto cronista deportivo Angel Fernández —quien ocupó un lugar de la primera fila en los invitados de honor—, justo en el momento en que concluyó el Himno Nacional.

El silencio y la sorpresa se apoderó de los senadores de PAN, PRI, PRD y Verde Ecologista, porque el grito salió del lado en que se ubica el albiazul, y porque se tenía el compromiso del líder de los perredistas Carlos Navarrete de conducir a su bancada con civilidad en la ceremonia solemne.

Pero también vino la confusión, y durante unos minutos no faltó quien dijera que la senadora petista Rosario Ibarra era la autora del grito, quien mantuvo el puño de la mano izquierda levantado mientras se entonó el Himno.

A diferencia del estudiante galardonado Andrés Gómez Emilsson, quien fue conducido a la agencia 33 del MP, a Andrea dos elementos del Estado Mayor Presidencial le retiraron su gafete de invitada.

Andrea permaneció en el recinto hasta que concluyó la sesión, fue el único incidente de la ceremonia que se prolongó 46 minutos. En la bancada perredista no estuvieron presentes los senadores más cercanos a Andrés Manuel López Obrador, entre ellos el vicecoordinador de la bancada Ricardo Monreal y la senadora Rosalinda López.

Ataviada con un blusón azul rey, Andrea participó en el convivio que ofreció el Senado en el patio de la vieja casona de Xicoténcatl y salió del recinto junto con el galardonado Miguel Angel Granados Chapa.

Antes de retirarse relató convencida que expresó “un grito público en un lugar público”, que se trató de “un grito popular que abandero en muchos lugares y que manifesté aquí”.

Después del grito, la ceremonia continúo como si nada hubiera pasado, pero se sentía la tensión. En ese momento, Calderón estaba de pie, a la izquierda de Granados Chapa, a la derecha del presidente del Senado, Gustavo Madero.

En el salón de plenos, los acompañantes del mandatario, ubicados muy cerca de Andrea parecían no dar importancia al segundo desaguisado de los últimos cuatro días.

Calderón llegó acompañado por su esposa Margarita Zavala; el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y su secretario particular, César Nava.

La sesión se inició en punto del mediodía con sólo 79 de los 128 senadores; la propia presidenta de la comisión de Cultura, la perredista María Rojo, fue cautelosa en su discurso, en el que no se refirió explícitamente a Calderón, sino a “los señores titulares de los Poderes de la Unión”.

Andrea afirmó que al igual que su tocayo está convencida de que el triunfo de López Obrador no se trata de “una cuestión política, sino matemática”.

Sólo para no perder de vista que a los medios llamados “de comunicación” la población ha de leerlos siempre con desconfianza, reproducimos una nota de El Informador, diario de Guadalajara, donde se afirma —falsamente— que a Andrea “nadie la molestó, ahí permaneció”. Desde el título, la nota revela el anhelo del diario de congraciarse con la derecha de los oligarcas y con la izquierda de los traidores. Los errores ortográficos, desde luego, aparecen en el original. Todo un ejemplo de anti-periodismo.

Juntos, Calderón y perredistas, pero sin escándalo
El Informador
8 de octubre de 2008

“¡Es un honor estar con Obrador!” grito una mujer cuando el Jefe del Ejecutivo entraba al recinto senatorial

Ahí estuvieron la solemnidad y la emoción. Por primera vez en el sexenio, estuvieron en mismo salón el Presidente de la República y los senadores perredistas

MÉXICO.- Ahí estuvieron la solemnidad y la emoción. Por primera vez en el sexenio, estuvieron en mismo salón el Presidente de la República y los senadores perredistas. Pero el escándalo y la protesta apenas si se asomaron.

“¡Es un honor estar con Obrador!” grito una mujer cuando el Jefe del Ejecutivo entraba al recinto senatorial. Se llama Andrea Fernández, trabaja en Radio Educación, pero le gusta que le digan “Dorotea Arango”. Nadie la molestó, ahí permaneció. Poco después, cuando se entonó el Himno Nacional, Rosario Ibarra levantó el puño izquierdo. En su lugar colocó una fotografía de Andrés Manuel López Obrador con la leyenda: “Presidente legítimo”.

Miguel Ángel Granados Chapa recibió la Medalla Belisario Domínguez. Conmovido recibió los aplausos al llegar y después de su mensaje. Mientras él hablaba en la tribuna, el Presidente Calderón escribió durante varios minutos, con la mano derecha, en hojas que luego guardó. Mientras, Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, pasó el rato en el envío y recepción de mensajes en su iPhone.

Eran evidentes, inocultables, el nerviosismo, la tensión en la sede de la Cámara de Senadores que estaba rigurosamente vigilada. Antes de que se iniciara la sesión, los legisladores del PRD se reunieron a puerta cerrada, discutieron cual sería su actitud ante Felipe Calderón. Ricardo Monreal insistió en que algo había que hacer, que decirle, que gritarle. Perdió la votación, decidió con otros dos integrantes de su bancada no acudir.

Y ya estaban todos en su sitio. Los cadetes del Colegio Militar hacían valla. Los senadores conversaban. Carlos Navarrete bromeaba con Manlio Fabio Beltrones y Ángel Aguirre, les decía que les perdona la derrota que le propinaron a su partido en Guerrero si por fin organizan la reunión bohemia con Joan Sebastian, compadre de Aguirre.

Poco después, llegó el galardonado. Caminaba lentamente. Sonrió al encontrar rostros y miradas de amigos, de discípulos. Estrecharía la mano de Felipe Calderón cuando éste se la tendió para saludarlo. Emocionado escuchó el buen discurso de una elegante María Rojo.

Después él hablo. Llamó, “ciudadano Presidente de la República” a Calderón Hinojosa. Dijo que aunque parte de su oficio consiste en tejer palabras, no encontraba las que revelaran con precisión sus sentimientos al recibir la Medalla Belisario Domínguez. Continuó. Sacó sus convicciones. Concluyó con un llamado: Impidamos que la sociedad se disuelva, reconstruyamos la casa que nos albergue a todos.

Él y su emoción. Fuerte el aplauso de todos. Terminaba la sesión solemne, el escándalo finalmente no estalló, apenas asomó su rostro.

Para finalizar, el cubrimiento más objetivo lo dio La Jornada. Fue el único diario nacional que dio cuenta del ambiente de represión que se respiraba en el Senado.

Severa vigilancia del EMP en el Senado
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
8 de octubre de 2008

Detienen al perredista Fernández Noroña

Un fuerte dispositivo de seguridad, a cargo de elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), la Policía Federal Preventiva (PFP) y granaderos se aplicó ayer en los alrededores del Senado de la República, horas antes de que el presidente Felipe Calderón Hinojosa asistiera al recinto como testigo de la entrega de la medalla Belisario Domínguez al periodista Miguel Ángel Granados Chapa.

Desde un día antes se colocaron vallas metálicas en las calles de Donceles, Tacuba, Allende y Filomeno Mata. Ayer, la sede senatorial estuvo resguardada por elementos policiacos que vigilaban el acceso al recinto de Xicoténcatl y habían detenido al perredista Gerardo Fernández Noroña.

Los senadores Ricardo Monreal, Yeidckol Polevnski y Rosario Ibarra debieron rescatar al ex vocero del sol azteca, al que granaderos y miembros del Estado Mayor Presidencial tenían contra la pared en la esquina de Donceles y Callejón del 57.

Los legisladores discutieron largo rato con los elementos policiacos y lograron que se liberara a Fernández Noroña, quien se concentró con un grupo de manifestantes instalados en el Eje Central y Donceles, quienes, pese a estar en todo momento rodeados de militares y policías, no dejaron de gritar consignas contra Calderón Hinojosa.

Dentro del recinto de Xicoténcatl, en tanto, integrantes del resguardo parlamentario y del Estado Mayor mantuvieron bajo vigilancia a la periodista Andrea Fernández durante los 55 minutos que duró la sesión solemne en que se entregó la medalla Belisario Domínguez.

La comunicadora, hija del fallecido cronista de deportes Ángel Fernández, llegó como invitada especial y muy cerca de Calderón Hinojosa lanzó la consigna “es un honor estar con López Obrador”. De inmediato la flanquearon dos vigilantes, le arrancaron el gafete y la escoltaron hasta la salida.

domingo, octubre 05, 2008

No me llames “espurio” (Don't call me “spurious”)

Creo que ya todos ustedes estarán enterados, aunque la radio y la televisión prefieran ocultar lo que pasó (también en los programas que presumen un 'estupendo sentido del humor'; El Weso y Las mangas del chaleco, verbi gratia). No obstante, la mayoría de los periódicos dio cuenta del incidente y —ni se diga— en internet no cesan las bromas a costa de quien ilegítimamente ocupa la presidencia de México.
Caricatura de José Hernández

Para los que no se enteraron, les cuento rapidito. Ahí tienen que el vie
rnes 3 por la mañana, el presidente ilegítimo Felipe Calderón (apodado FeCal por el lépero ingenio de nos, el populacho) andaba muy contento en su palacio dando un discurso durante la entrega del Premio Nacional de la Juventud. Algo decía Felipe en elogio de la libertad de expresión y de los estudiantes asesinados por el gobierno en 1968, cuando “desde algún lugar entre el bosque de jóvenes” (como escribe en su crónica Enrique Castillo González) uno de los presentes grita: “¡espurio!”, con todo el ímpetu de sus pulmones. Estallaron las risas, los aplausos y los signos de aprobación. Los guaruras del presidente se internaron en el auditorio y se escuchó un nuevo (¿o viejo?) grito: “¡no hay libertad!” A Felipe, nervioso y malcontento, no cesaron de escapársele fosforescentes gallos durante el resto de su discurso. Repitió que en México hay libertad y procedió a callarse y a otorgar los premios.

Entonces un muchacho pelirrojo, enfundado en un traje oscuro, se adelanta hacia el proscenio; recoge la presea de manos del usurpador pero no lo saluda, lo deja con los cortos bracitos extendidos: era el que había gritado,
un estudiante de ciencias llamado Andrés Leonardo Gómez Emilsson.

No bien había concluido (¿o no había concluido bien?) la ceremonia cuando los pelafustanes del Estado Mayor detienen por la fuerza, y sin que medie acusación alguna, a Andrés, junto a Marco Virgilio Jiménez Santiago (el de
“¡no hay libertad!”). La noticia, pese a ser silenciada por los medios de comunicación más vistos, corría ya por internet. El locutor de radio Jacobo Zabludovsky pidió a los reporteros del programa De 1 a 3 dar seguimiento a lo que les sucediera a los jóvenes. Dada la presión pública, éstos fueron liberados unas horas más tarde; pero, con sus acciones, los muy elementales elementos del Estado Mayor demostraron que el grito de Marco significa una vergonzosa verdad.
Marco y Andrés, felizotes. Foto: Notimex.

Revise mi hipócrita lector los comentarios dirigidos a Andrés en el blog Fábrica de inventores; entre decenas de felicitaciones, no faltan ejemplos de racismo (
es un renegado que no se ha quitado el penacho) o de homofobia (qué se puede esperar de un renegado que se pinta el pelo de ese color... es un joto). Uno rápidamente se da cuenta —basta echar un vistazo a sitios como éste o éste de que el primer impulso de esos que defienden que Calderón se haya posesionado de la presidencia “haiga sido como haiga sido” (expresión que por lo visto abarca fraudes electorales, campañas sucias y otras legalísimas tretas) es adjetivar de “indios”, “negros”, “nacos”, “tontos” y “escandalosos” a quienes se inconforman con un estilo de conducir la política en el que el fin justifica los medios. Los dos protagonistas del incidente del viernes podrán ser escandalosos o nacos, más o menos negros o más o menos blancos, pero de tontos nada: a sus 24 años, Marco es tesista de la carrera de historia en la UNAM; en cuanto a Andrés, que recién llega a la mayoría de edad, ha ganado no pocas medallas en concursos nacionales e internacionales de matemáticas.


Observo que el video anterior, como otros que en YouTube ilustran las mismas escenas, toma sus imágenes de un video original del periódico El Universal; sin embargo, la cuenta de YouTube de El Universal no muestra ningún video alusivo al tema; ¿por qué será?

La aventura de Marco y Andrés rebasa lo anecdótico y alcanza lo sintomático. Viene al caso recordar que el año pasado, el martes 27 de marzo, durante un encuentro con becarios de la fundación Telmex, Calderón fue recibido con abucheos y estruendosas rechiflas. Los medios de manipulación masiva dieron a conocer una grabación de audio editada, 'expurgada', digamos, libre de incómodos clamores, pero (una vez más) en el noticiario de Zabludovsky difundieron el sonido de la ceremonia íntegro, con gritos
.


La 'convivencia' con los becarios es, hasta hoy, la más avergonzada de las intervenciones en público de Calderón, por la cantidad de personas que le manifestaron su repudio.

Unos meses más tarde, el sábado 24 de noviembre del año pasado, durante la inauguración de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Jalisco, el espurio personaje fue acusado de usurpador
en voz muy, muy alta por una joven que, más rápido de lo que te lo cuento, fue retirada del salón por el grupo de fieles y descerebrados esclavos que integra el Estado Mayor Presidencial, pero no antes de que la concurrencia escuchara: “Felipe Calderón, eres un fraude; eres un pelele y no es insulto, es descripción; tú no eres presidente de nadie”. A continuación, las imágenes de la indómita mujer con la que más de 13 967 mexicanos nos queremos casar (a juzgar por el número de 'clics' en algunos de los videos que reproducen el acontecimiento; a propósito, dicen las buenas lenguas que su nombre es 'Liz' o 'Elizabeth'). Noten que hasta para la esposa y los allegados de Calderón es imposible contener la risa.


Aquí, una toma de cámara más próxima al rostro de Calderón, que sonriente agradece a Liz el piropo (el pobre debe estar pensando:
“ya con que no me recuerden a mi madrecita es bastante”).


Podríamos pasar varias horas considerando centenares de casos que muestran el agravio y la exasperación de una parte notable de la juventud. Un pequeño grupo de viejos políticos reaccionarios y ladrones
con el respaldo de un grupo no tan pequeño de comunicadores corruptos y mentirosos obtuvo la jefatura del gobierno nacional e intenta ahora cancelar el futuro de estos jóvenes deshaciéndose del recurso del que mal o bien depende principalmente nuestra economía, el petróleo. La estrategia del PAN para apoderarse de la presidencia en 2006 se basó en la descalificación: los conservadores no previeron (o no les importó) que recurrir a la mentira para vencer a Andrés Manuel López Obrador implicaba el desprecio de la sensibilidad ética y de la inteligencia de quienes apoyaban a Andrés Manuel, y aun de quienes apoyaban a cualquier otro candidato, incluido Calderón; la campaña del 2006 implicó el desprecio de la ciudadanía. Los insultos regresan en 2008 al mismo PAN, se vuelven en contra del partido y le escupen en la cara al usurpador: Felipe Calderón no es el presidente del empleo, sino el presidente del insulto ('presidente del odio' lo bautizó el monero José Hernández); sólo con desprecio e insultos pueden los jóvenes referirse a Calderón; es imposible sentir el menor respeto por FeCal.

Vínculos interesantes:

E
n El Universal recuerdan otros casos de chamacos gritones

Información del viernes en La Jornada

Artículo de Enrique Castillo en el portal Kaos en la red

Andrés Manuel respalda a Andrés Leonardo

Perfil de Andrés Leonardo en el blog Fábrica de inventores

viernes, octubre 03, 2008

Historia de una noche

Escucha...

Escucha
El rumor escucha
Las cadenas que lleva el torrente
Oye, mira
El terror cabalga en aras de bayoneta
Acércate amor mío, no temas, ya pasará

Nos cubrieron con lazos de dolor
Nos robaron el lenguaje de los astros
No temas ya llegará la aurora

En la negritud se volcó la imagen
Nos rompieron los cráneos
Y mis cabellos bañan la simiente
Estréchate ya pasará el frío

Se crecieron las negras raíces
Serpiente verdesmeralda
Formada de cristal de gritos
Nos negaron el silencio
Y nos acogotaron con sus voces
Ya pasará amor mío no temas

Eduardo Santos
Facultad de Comercio de la UNAM, Revista de la Universidad

*

Listen...

Listen
For the murmur listen
For the stream of chains
Listen, look
Terror gallops on an altar of bayonets
Come closer, my love, fear no more, it will be over

They covered us with ribbons of pain
They robbed us of the language of the stars
Do not be afraid, dawn will come

The image was thrown into the blackness
They broke open our skulls
And strands of my hair cover the seed
Hold tight, the cold will go away

The roots of darkness rose
Emerald-green serpent
Made of cries that shattered the glass
They denied us the silence
And choked us with their voices
It will be over, my love, fear no more

Translated to English by Atenea Acevedo and revised by Machetera, Tlaxcala

*
México, 2 de octubre de 1968: noche de Tlatelolco, muerte del movimiento estudiantil
Ernesto Páramo
Tlaxcala
2 de octubre de 2008
Tragedia, representación teatral para recordar los acontecimientos del 2 de octubre de 1968; fue escenificada el 2 de octubre de 2006 en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. Foto: Roberto García/ La Jornada.

Los hechos de la noche de Tlatelolco están aún cubiertos, 40 años después, por una neblina densa y fría que oculta la identidad de una multitud de actores secundarios que, a pesar de serlo, tuvieron papeles de importancia en esta tragedia. Aquellos actores principales que tomaron las decisiones y que tuvieron responsabilidad directa por los acontecimientos que condujeron a la masacre: el presidente de la República Gustavo Díaz Ordaz, el secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez, el jefe del Estado Mayor Presidencial general Luis Gutiérrez Oropeza, el comandante de la operación militar en Tlatelolco general José Hernández Toledo y el comandante del Batallón Olimpia Coronel Ernesto Gutiérrez Gomes Tagle, entre otros, junto con aquellos que se dedicaron a crear confusión como estrategia de desinformación en los días que siguieron a la masacre, han permanecido fuera del alcance de la ley y de la justicia.

Sin embargo, la sangre de los jóvenes y las lágrimas de los adultos todavía están frescas y llenas de dolor.

Tlatelolco, ilustración de Juan Kalvellido

Las marchas masivas de más de 700 mil u 800 mil estudiantes, trabajadores, amas de casa y empleados de oficina que tardaban más de tres o cuatro horas en llegar al Zócalo a partir del Museo de Antropología, aún están presentes y frescas en la memoria de quienes participaron activamente y de quienes formaron valla en silencio a lo largo del camino para verlos pasar y darles su apoyo.

Es cierto que el Consejo Nacional de Huelga no fue disuelto sino hasta el 4 de diciembre en un mitin en Zacatenco. Sin embargo, también es cierto que después de la noche del 2 de octubre y la masacre de Tlatelolco, con cientos de estudiantes y espectadores muertos, miles de encarcelados en prisiones y campos militares o víctimas de persecución por parte del estado y sus fuerzas de represión, el movimiento estudiantil realmente dejó de existir. Aparte de intentos de protesta aislados, durante la ceremonia inaugural de la XIX Olimpiada, que fueron rápida y brutalmente suprimidos, el movimiento prácticamente desapareció.

Hay dos versiones, aparentemente contradictorias, de los acontecimientos de la noche del 2 de octubre, y ellas dependen principalmente del lugar en el que se encontraban los observadores, del tiempo en el que realizaban sus reportes y de su interpretación personal bajo circunstancias de peligro extremo.

Se celebró un mitin público que fue anunciado para empezar a las 17:00 horas en la Plaza de las Tres Culturas, en el cual se encontraban una gran variedad de gente: Padres de familia con niños pequeños, estudiantes, trabajadores, obreros. Los oradores exigían en tono verbal agitado que terminara la represión violenta ejercida por las diferentes fuerzas policíacas, cuando de pronto se dejaron oír ráfagas de ametralladora sin saber exactamente de donde venían.

La gente empezó a correr tratando de escapar en un pánico ciego, lo que produjo muchos lesionados.

Gustavo Díaz Ordaz

Durante estos momentos de caos, francotiradores situados en los edificios de la Unidad Habitacional de Tlatelolco empezaron a disparar en contra de las unidades del ejército que se encontraban ahí. El tiempo, las 18:10. La batalla se generaliza oyéndose ráfagas de ametralladora interrumpidas por largos lapsos de silencio y después del silencio, las ráfagas de nuevo.

La mayoría de los disparos en contra del ejército se hicieron desde el edificio 16 de Septiembre: el ejército respondió usando 2 tanques que dispararon con sus cañones en contra del edificio. Esto produjo inmediatamente un incendio y un número desconocido de víctimas que debe de haber sido muy grande.

Muy pronto se hicieron numerosas llamadas telefónicas a la Cruz Roja y a la Cruz Verde para que atendieran a las víctimas y para que las transportaran a las clínicas y hospitales que les pudieran ofrecer ayuda médica. Las ambulancias hicieron una cantidad innumerable de viajes con los heridos durante toda la noche.

En estos momentos se puede observar una gran cantidad de heridos, pero ningún muerto. El rumor empieza a circular de que hay dos soldados muertos.

Aunque la batalla se llevaba a cabo en toda la unidad habitacional, sólo se podían ver dos camiones quemados a las 19.30 horas.

Muchos curiosos que se encontraban en el lugar de los hechos recibieron heridas de bala.

Como decíamos antes, hay varias versiones de los acontecimientos y de cómo empezó la balacera. A las 19:40 horas circulaban dos de ellas.

Luis Echeverría Álvarez

La primera dice que 3 helicópteros se encontraban volando sobre el lugar, cuando de pronto uno de ellos dejó caer una luz verde, que se asume fue la señal para que el ejercito empezara a atacar.

La segunda dice que una patrulla policíaca pasaba frente al edificio 16 de septiembre, cuando fue atacada con armas de fuego y testigos aseguran que miembros de la policía montada empezaron a disparar en contra de los habitantes del edificio. Inmediatamente después llegó el Ejército con sus tanques, abriendo fuego con sus cañones y provocando un incendio que se extendió con rapidez.

Los oradores hicieron un esfuerzo desesperado para controlar esta situación tan violenta, pidiendo a los asistentes que no hicieran nada que provocara una reacción del ejército o de la policía.

Un helicóptero bajó mucho sobre la Plaza de las Tres Culturas, donde se llevaba a cabo el mitin y dejó caer una luz verde. De inmediato se inició la balacera y el ejército inicio sus operaciones.

A las 19:15 horas en el punto más feroz de la violencia. La balacera se extiende desde la calle Manuel González en el norte a la calle Sol, lo que incluye la totalidad de la Unidad Habitacional de Tlatelolco.

Grupos de granaderos se ven por todas partes persiguiendo a los estudiantes y disparando a matar con sus rifles.

A las 19:15 horas un Volkswagen blanco, circula a alta velocidad por la calle Manuel González, se detiene por unos momentos en la Glorieta Peralvillo, dispara varias veces a los soldados y escapa.

A las 19:45 horas en la calle Prolongación de San Juan de Letrán y Sol unos 100 estudiantes hacen un mitin, y el orador los arenga a través de un megáfono, para que se mantengan unidos sin tenerle miedo a la muerte.

De repente una camioneta panel blanca llega ahí y se estaciona, todos los muchachos se dispersan hacia el sur.

En las calles de Zarco y Nonoalco se ve un autobús de la línea San Rafael-Aviación destruido. En las calles de Guerrero y Nonoalco se encuentra otro de la línea Guerrero-San Lázaro en llamas. En Lerdo y Nonoalco hay un autobús de la línea Peralvillo-Tlanepantla en ruinas.

A las 20:00 horas se ven escenas desgarradoras de padres de familia buscando a sus hijos por los alrededores.

Por el edificio de Relaciones Exteriores se puede ver a una señora cargando a una niña de tres años, camina unos pasos y se desmaya.

A las 20:19 horas El Ejército entra en masa a la Plaza de las Tres Culturas con varios carros ligeros de combate y un gran número de soldados. Al mismo tiempo, aproximadamente 100 estudiantes fueron conducidos a San Juan de Letrán en 18 transportes militares como prisioneros.

Por más de 30 años el Gobierno Federal ha negado la existencia de detenidos y desaparecidos en el Campo Militar Número Uno, sin embargo, documentos oficiales de la Procuraduría General de la Republica y de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad sobre la represión del 2 de Octubre de 1968, localizados en el Archivo General de la Nación, desmienten las versiones que prevalecieron por más de tres décadas.

Después de que el ejército entró a la Plaza de las Tres Culturas se podía ver una gran cantidad de muertos. Algunos de los cuales, se empezaba a amontonar, unos sobre otros.

A las 20:45 horas empieza un incendio en el edificio Chihuahua sobre el cual concentra su fuego el ejército porque piensan que ahí se encuentran los miembros del Consejo Nacional de Huelga.

Alguien dice que hay 17 muertos en el atrio de la Iglesia de Santiago.

El Ejército ha capturado y tiene prisioneros a 400 estudiantes en la parte de atrás del edificio de Relaciones Exteriores.

Llegan más refuerzos del ejército, los granaderos y otras fuerzas policíacas a la Unidad Nonoalco. En la Plaza de las Tres Culturas una ambulancia militar transporta a dos muchachas. No se sabe si están heridas de gravedad.

Entre las calles de San Juan de Letrán y Tacuba se puede ver un tranvía quemando. Entre las calles de San Juan de Letrán y 16 de Septiembre un camión de limpieza es consumido por el fuego.

Un testigo recuerda el arribo de la Brigada Olimpia que estaba integrada por agentes especiales, muchos de ellos tan jóvenes que se podían confundir fácilmente con los estudiantes, y que sólo se identificaban por un guante blanco en la mano izquierda. Estos soldados entraron a todos los departamentos de los edificios en busca de estudiantes, armas o testigos de las atrocidades.

Es una situación dantesca con muchos padres, madres, hermanos y otros familiares buscando a sus seres queridos. Van de un lugar a otro preguntando y tratando de encontrar a sus familiares. Se llenan de pánico cuando se enteran de que algunos de los edificios han sido ametrallados por el ejército o que los granaderos disparaban a los estudiantes por la espalda.

La otra versión del inicio de la masacre dice que ya iba a terminar el mitin cuando se vio pasar un grupo de muchachos que parecían estudiantes. Se dirigían al edificio Chihuahua, hacia el balcón que usaban los oradores. Este grupo era parte de la Brigada Olimpia, una unidad especial de la policía integrada por soldados, policías judiciales y otros. Llevaban un guante blanco en la mano izquierda para identificarse.

Entraron al edificio y llegaron al balcón donde estaban los dirigentes del movimiento estudiantil, trataron de detenerlos y ellos resistieron, así que los miembros de la Brigada Olimpia empezaron a disparar cuando vieron una luz verde que se lanzó desde un helicóptero que descendió bastante bajo. Del edificio Chihuahua se difundió la balacera a todos lados.

En la parte de atrás de la Iglesia de Tlatelolco hay más de mil estudiantes detenidos por el ejército. En un elevador del edificio Chihuahua se encuentran como 60 estudiantes en calzoncillos con la cara hacia la pared y las manos en la nuca.

Hacia las 24:00 horas se pueden ver unas mil doscientas personas detenidas en la parte oriente de la Iglesia de Tlatelolco. Entre ellos, estudiantes, padres y madres de familia, obreros, empleados de oficina y hasta niños. Por todos lados se ven escenas desgarradoras. Se oyen gritos desesperados de angustia y se ven las figuras en la oscuridad de aquellos que buscan, con frecuencia en vano, a aquellos familiares que han desaparecido.

Varios francotiradores que atacaron a las fuerzas del ejército desde los edificios de Tlatelolco perecieron o sufrieron heridas graves. Cuando menos dos son identificados como miembros del ejército.

Como siempre en América Latina, cuando hay un desastre político o alguna tragedia social, la CIA se encuentra escondiéndose muy cerca, en un algún agujero o en el caso de México, en las oficinas de los más altos dirigentes de la nación.

Según documentos recientemente desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos, obtenidos y examinados por Kate Doyle del Archivo de Seguridad Nacional, la CIA inició en 1956 un programa para reclutar altos funcionarios del gobierno mexicano y tuvo en Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez a dos agentes de muy alto valor.

Winston Scott

En su libro sobre Winston Scott, Our man in Mexico (Nuestro hombre en México), Jefferson Morley analizó también estos documentos y otros muchos.

Díaz Ordaz, Echeverría y Fernando Gutiérrez Barrios fueron reclutados por Winston Scott que fue jefe de estación en México entre 1956 y 1969 como parte del programa denominado Litempo, que tuvo un éxito tan grande que se consideró como modelo para otras estaciones de la CIA.

Sin embargo, el programa acabó por absorber a su creador, anotó Morley en resumen, al señalar que los reportes sobre el movimiento estudiantil de 1968 sólo reflejaron el punto de vista que el gobierno de Díaz Ordaz quiso presentar y que de acuerdo a varios reportes (la CIA transmitió cuando menos 15 versiones distintas y contradictorias sobre los hechos de Tlatelolco) el gobierno de México estaba luchando en contra de una amenaza comunista con raíces en el extranjero.

Fuentes cercanas a la presidencia de Díaz Ordaz aceptaron sin reserva a fines de 1968, que nadie tenía la menor idea de cómo resolver los problemas con el movimiento estudiantil, sin poner en peligro el inicio de los Juegos Olímpicos y que Díaz Ordaz llamaba por teléfono a Scott con tanta frecuencia, en los momentos más difíciles del conflicto para pedirle consejos y ayuda, que el jefe de estación se regresó a los Estados Unidos para cortar la comunicación entre ellos.

El código Litempo compuesto por el prefijo Li que identifica operaciones en México y Tempo, que identifica al programa de relaciones entre la CIA y “altos funcionarios selectos” de México.

Díaz Ordaz era Litempo 2, Echeverría era Litempo 8 y Gutiérrez Barrios Litempo 4.

Fernando Gutiérrez Barrios

Litempo 1 era Emilio Bolaños, un sobrino de Díaz Ordaz que fue posiblemente el conducto por el cual entraron en contacto con el Presidente, cuando era Secretario de Gobernación.

El documento dice que la CIA-México informó al gobierno de EEUU que el gobierno mexicano reportó que el movimiento estudiantil era dirigido por comunistas y que tenía influencias extranjeras (proviniendo de la embajada soviética) pero que los reportes eran cuando menos exageraciones.

Como muchos mexicanos, los oficiales de la embajada de los Estados Unidos en la ciudad de México, no estaban preparados para ver la fuerza que tomó el movimiento estudiantil y la violencia que desató el gobierno de Díaz Ordaz como respuesta. Los reportes que salían de la embajada eran con frecuencia confusos durante la crisis, posiblemente porque los oficiales de la CIA tenían relaciones mucho más cercanas con los políticos mexicanos, que los miembros de otras agencias y estaban más dispuestos a creer su propaganda política. Por una parte, la Embajada tenía mucha confianza en la hegemonía de régimen. Por otra parte, oficiales de los Estados Unidos nunca pensaron que los estudiantes pudieran ser capaces de montar un desafió serio al gobierno.

En respuesta a los disturbios estudiantiles de mayo en Paris, Washington pidió a la Embajada que preparara una evaluación de los cuerpos estudiantiles mexicanos, pero ellos fallaron en predecir el huracán que se avecinaba. El 14 de Junio, unas cinco semanas antes de la primera confrontación entre los estudiantes y las fuerzas de seguridad, la Embajada predijo con toda confianza que era imposible que pasara en México algo parecido a lo que pasó en Francia.

También es interesante notar que una caja que se encuentra en la galería dos del Archivo General de la Nación, depositada en el fondo Gobernación, contiene telegramas enviados al Presidente de la Nación en los días que siguieron al 2 de Octubre de 1968 por políticos, empresarios y lideres de organizaciones afines al régimen en todo el país.

En medio de centenares de papeles se encuentra uno fechado en Buenos Aires el 23 de Octubre de 1968; el mensaje es breve: “Rogamos haga llegar nuestra adhesión al gobierno de México”. Este mensaje está dirigido a Luis Echeverría y esta firmado por Jorge Luis Borges, Manuel Peyrou y Adolfo Bioy Casares. Años después, Borges confirmó sin lugar a duda su vocación y afinidades fascistas cuando aceptó honores por su obra literaria rendidos por miembros de la Junta Militar Pinochetista en Chile.

La caja de los telegramas esta precedida por otra que contiene los acuerdos que tomaron Díaz Ordaz y Echeverría durante el mes de Octubre de 1968, sin embargo se encontró uno que no tiene nada que ver con eso. Este oficio fue enviado por Winston Scott, jefe de estación de la CIA en México el 19 de julio de 1965 con una invitación a Fernando Gutiérrez Barrios a seleccionar dos agentes de la Agencia Federal de Seguridad para que a partir del “15 de septiembre” viajen a los Estados Unidos para “recibir entrenamiento por cuatro meses”.

Detrás de la iglesia de Santiago Tlatelolco
treinta años de paz más otros
treinta años de paz,
más todo el acero y el cemento empleado para las
fiestas del fantasmagórico país,
más todos los discursos
salieron por boca de las ametralladoras.
José Carlos Becerra

La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska


Testimonios de historia oral: clic aquí

Bibliografía:

Our man in Mexico: Winston Scott and the hidden history of the CIA, Jefferson Morley, University Press of Kansas, 2008, 371 pages. ISBN-10: 0700615717. ISBN-13: 978-0700615711.

La noche de Tlatelolco: testimonios de historia oral, Elena Poniatowska, Biblioteca Era, 2003, 280 pp. ISBN-13: 9789684114258.

Massacre in Mexico, Elena Poniatowska, translated by Helen R. Lane, University of Missouri Press, 1992. ISBN-13: 9780826208170.

68, Paco Ignacio Taibo II, Siete Cuentos Editorial, 2004, 224 pp. ISBN-13: 9781583226001.

68, Paco Ignacio Taibo II, translated by Donald Nicholson-Smith, Seven Stories Press, 2004, 224 pages. ISBN-10: 1583226087. ISBN-13: 978-1583226087.

68, Paco Ignacio Taibo II, Éditions L’Échappée, 2008, 125 pp. ISBN-10: 2915830142. ISBN-13: 978-2915830149.

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El mexicano Ernesto Páramo y el español Juan Kalvellido son miembros de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística

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